William Laura
Grupo de Estudio: Representación Política
Instituto Ética y Desarrollo - UARM
Diciembre del 2006
Desde las democracias precristianas hasta las formas modernas adaptadas, la democracia, en los ulteriores modos de producción, parece no tener un camino límpido que caminar. Y no por tener pocas o justas instituciones políticas, sino, porque sus alternados gobiernos, sea cual fuese el régimen que hayan asumido, no advirtieron el crecimiento poblacional y las desigualdades sociales, como formas antagónicas a la representatividad y al pleno ejercicio de los derechos ciudadanos.
Los países que han asumido formas de gobierno democráticas desde hace muchos años atrás, ven realizada, en las instituciones políticas, una fase más de su progreso – progreso, que ha sido totalmente distinto en diferentes realidades socioeconómicas -, a diferencia de aquellos países que recién surgen a la democracia, las instituciones políticas solo han sido medios para llegar al ansiado fin: la vida democrática. Por lo tanto, la democracia no se constituye bajo un mismo patrón de desarrollo y creación. Cabe preguntarse: ¿son las instituciones políticas una forma inicial de hacer democracia, o son solamente elementos constitutivos para desarrollarla y ampliar su horizonte?
Ya en el siglo XIX, autores como el filosofo ingles Locke, partían del supuesto consentimiento de la población (y/o sociedad civil), para el ejercicio del poder político, a aquellos ciudadanos varones que tenían “tendencias democráticas”, cuando en realidad, solo defendían y representaban sus propios intereses personales. No hay nada intrínsecamente democrático en la participación misma: todo depende de quienes participan y en qué condiciones. (1) Similar suposición, sobrevino en el Perú, en los primeros 50 años de vida independiente. Conservadores y liberales propugnaban su ideología (europeizada), primero, en argumentaciones raciales, y luego en la toma de decisión del derecho a voto. Esto, no solo hizo que se formaran movimientos antiindigenistas (por cierto, asumiendo para si, una posición democrática), sino también, una republica sin ciudadanos tal como nos detalla N. Manrique. (2) No es coincidencia entonces, que el propio sacerdote Bartolomé Herrera, fundamentara su pensamiento político en las capacidades recreadas en las relaciones naturales desiguales de los hombres, en donde el más “capaz” tenía el derecho divino de gobernar por Dios.
Además, la llamada poliarquía, solo ha sido un dulce sueño, que los países desarrollados han anhelado siempre alcanzar. Son estos países quienes proclamándose tener las mejores democracias, sólidas y estable, han revolucionado sus estados adoptando políticas de estado: reajustes estructurales (siguiendo las medidas reveladas por el Consenso de Washington), Welfare States, el libre mercado, tratados de libre comercio, etc. Y es que, la brecha es abismal si contrastamos aquellos países de regimenes democráticos de larga data, con aquellos de reciente transito. Por ello son, las grandes diferencias sociales, y la obligación de la sociedad civil de ejercer su ciudadanía casi nula. Sin embargo, en países en vías de desarrollo, la libertad de expresión de los ciudadanos, que requiere la democracia, no ha sido capaz de influir en la agenda política, ni mucho menos en la participación cívica: “la libertad de expresión no solo significa que alguien tenga el derecho a ser oído. Presupone también que alguien tiene el derecho a escuchar lo que otros tengan que decir” (3)
Por otro lado, las instituciones políticas han de estar relacionados e inmersos en un sistema electoral político que garantice, a su vez, elecciones libres, equitativas y frecuentes. Entonces, para adjudicarse un sistema electoral, se tendrá que tener en cuenta sus elementos constitutivos y sus efectos en el contexto histórico e institucional, cuidando de no confundirlo con los organismos electorales.
Finalmente, frente a los puntos expuestos, la vía democrática por donde los países transitaran o están transitando, no vislumbra una luz al fondo del camino, sino inequívocamente, las libertades ciudadanas otorgadas van legitimándose en grupos políticos, contradictoriamente limitándolas, abogando la mentada libertad de expresión, así como, la desorganizada autonomía asociacional.
Notas
(1) Nun, José. Democracia ¿gobierno del pueblo o gobierno de los politicos? “el caso de América Latina”, “Un balance desdichado” y otros fragmentos. Ed. Fondo de cultura económica. México, 2000.
(2) Manrique, Nelson, “Democracia y nación. La promesa pendiente” En Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD) La democracia en el Perú: Proceso histórico y agenda pendiente. PNUD: Lima, 2006. Tomo 2. págs. 17-36
(3) Dahl, Robert. ¿Qué instituciones políticas requiere una democracia a gran escala? En: La democracia una guía para los ciudadanos. Ediciones Tauro. 1999, Capitulo VIII. pág. 14.
EL AUTODESPRECIO COMO INSTRUMENTO DE OPRESIÓN
John Adrián Peralta Arroyo
Grupos de estudio: Interculturalidad
Instituto de Ética y Cultura - UARM
Diciembre del 2006
La relación de un Yo – Tú siempre se desarrolla dentro de un contexto socio-cultural y condicionado además por la perspectiva de los individuos en concreto. Estas relaciones interpersonales tienen como característica connatural la diversidad y en muchos casos la asimetría.
En ese sentido es interesante reconocer que muchas veces al interior de esta relación intervienen no sólo los sujetos “en sí” sino más bien posturas y actitudes jerárquicas y la vez autocentradas en sí mismas. Es decir, no observamos a la persona como tal, sino más bien, por decirlo de algún modo, lo que ella representa para mí. Un ejemplo claro de ello representan las políticas de inclusión ciudadana que se dieron en el siglo XX en el Perú cuyo principio rector era considerar ciudadanos a quien “otro yo”. Este narcisismo, revela la escasa capacidad de descentramiento de los individuos y la incapacidad para reconocerlo como diferente.
Otros ejemplos de relaciones jerárquicas suelen darse por ejemplo en terrenos afectivos y sentimentales. En este tipo de relaciones, aunque parezca contradictorio, es frecuente caer en la absolutización del otro: “Tú eres todo para mí”, y por lo tanto “Yo no soy nada sin ti”. Y aunque son expresiones que no necesariamente significan lo que dicen, de todas maneras no podemos negar que se trata de relaciones marcadas por la desigualdad.
Es que esa “fusión de horizontes” de la que nos habla Gadamer, y que según él representa el objetivo de toda interelación dialogante parece quedarse en el deber ser.
En conclusión somos diferentes (no distintos) y eso no se puede negar, pero ¿en qué momento esta diferencia se convierte en desigualdad? Es decir, ¿cuándo empiezo a discriminar a los demás por el hecho de no ser como yo? y yendo a un tema mucho más puntual ¿en qué momento esa discriminación llega a radicalizarse y se traduce en una agresión al otro, en un desprecio?. Estos interrogantes son mis motivadores esenciales para el presente ensayo.
En primer lugar podríamos tomar el ejemplo de los conquistadores. Ellos se concibieron a sí mismos como diferentes-superiores cuando juzgaron a los demás desde su perspectiva eurocéntrica. Interpretaron, a partir de la vestimenta por ejemplo, que ellos eran “civilizados” y los indígenas unos “salvajes”. Primera enseñanza: el prejuicio es una reducción de la identidad del otro, o mejor, es protegerse ante el otro y negarse a reconocerlo.
La de los españoles fue una valoración a priori y por lo tanto un falso reconocimiento.
Ahora bien, esto último no necesariamente se expresa en una clara opresión. Es más, creo que este no es el primer sentimiento que se experimenta. Más bien por lo visto lo que sintieron fue una condescendencia. Sentimiento que no es noble, sino más bien consagrador de un sentimiento de superioridad. Segunda enseñanza, tal como parafraseando a Tubito podemos decir que la gente merece y desea respecto, que se le reconozco y valore como tal… eso le permite una autocreación; la gente no quiere condescendencia.
Ahora que lo pienso mejor es posible que la “pena” por el otro es una forma también de menosprecio, de ahí al desprecio parece haber un paso, o en todo caso es difícil reconocer el límite que los separa.
¿Qué es lo que sucede cuando el menosprecio y el desprecio se introyectan? ¿Qué características nos ayudan a reconocer que estamos en ese proceso? Nos detendremos un poco más en este punto.
El autodesprecio surge cuando se cree que se es inferior y ello se vive como algo vergonzoso, humillante. En sí, es una presunta inferioridad, ya que, cuando se analiza con un mínimo de objetividad, se comprueba que no hay motivos de peso para considerarlo tal, o que, en cualquier caso, se le está dando una importancia subjetiva desmesurada.
Lo habitual es que todo esto se lleve en el secreto de la propia intimidad, y que tenga una importante carga subjetiva. A mi modo de ver muchas veces aparentemente no resultan evidentes desde el exterior, pero suelen constituir un intenso y profundo motivo de desasosiego, condiciona bastante la personalidad y el comportamiento de quien las sufre.
Esto es precisamente lo que ha sucedido en el Perú. Tal como señala Degregori desde un inicio una oligarquía con un modelo excluyente de nación hizo creer que en la “comunidad soñada” no había espacio para el que era indígena y analfabeto
Y esto es lo que Lerner en su discurso inaugural al presentar las conclusiones de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación. Según él, sería muy difícil imaginar tanta masacre sin el ingrediente del odio y el desprecio hacia los campesinos de la sierra. ¿Cuál era el rostro de los militares y los senderistas? El mismo que el de sus verdugos, es decir que en sus actos violentos estaban demostrando que se odiaban a sí mismos, estaban matando en los demás aquello que despreciaban de sí mismos.
¿Cómo defenderse ante tanto desprecio? ¿Cómo mantener la dignidad? Y es que ante este discurso reiterativo uno termina creyéndose el cuento. Con Tubino podemos decir que: “El aumenosprecio que interiorizaron los colonizados fue el instrumento más poderoso de su opresión”
Inclusive el termino “raza” como nos recuerda Aníbal Quijano, es “un producto de la historia de poder que fue impuesta en la materialidad de las relaciones sociales, tan duradera y profundamente que fue asumida como parte de la materialidad misma”. Cholo, mestizo, blanco no son terminos “naturales”, sino producto de la una historia de poder.
Y ¿cuándo se deja de ser cómplice de esa opresión? Siguiendo al mismo Tubino concluimos que:
“Cuando uno se libera de esa identidad impuesta y destructiva y empiezan a construirse una autoimagen positiva. La lucha por el reconocimiento de las identidades se transforma así en el elemento medular de la emancipación de los oprimidos y de la justicia cultural y social”
Y Gramsci agregaría “Los grupos dominantes se tornan hegemónicos cuando logran cohesionar a los grupos subalternos en base a su visión del mundo”
El autosprecio significa una erosión de la autoestima ¿cómo se puede desarrollar una cultura profundamente lastimada en su amor propio? “Sólo podemos florecer en la medida en que se nos reconoce” diría Tubino.
Concluimos pues que el reconocimiento no es una cortesía sino una necesidad humana vital. Reconocer al otro sin reducirlo a lo que yo quiero que sea. Es más, no se puede pretender cambiar al otro si es que primero no lo reconozco como tal. Todos los intentos por cambiar-ayudar a los demás sin reconocer primero su propia identidad han fracaso.
Finalmente considero que es para sostener este reconocimiento es necesario creer en una reconciliación. No en el sentido de quien se disculpa por algo como una regla de cortesía; sino desde la restitución de la fe en el hombre. Creer que en el hombre hay más cosas dignas de admiración que de desprecio.
Grupos de estudio: Interculturalidad
Instituto de Ética y Cultura - UARM
Diciembre del 2006
La relación de un Yo – Tú siempre se desarrolla dentro de un contexto socio-cultural y condicionado además por la perspectiva de los individuos en concreto. Estas relaciones interpersonales tienen como característica connatural la diversidad y en muchos casos la asimetría.
En ese sentido es interesante reconocer que muchas veces al interior de esta relación intervienen no sólo los sujetos “en sí” sino más bien posturas y actitudes jerárquicas y la vez autocentradas en sí mismas. Es decir, no observamos a la persona como tal, sino más bien, por decirlo de algún modo, lo que ella representa para mí. Un ejemplo claro de ello representan las políticas de inclusión ciudadana que se dieron en el siglo XX en el Perú cuyo principio rector era considerar ciudadanos a quien “otro yo”. Este narcisismo, revela la escasa capacidad de descentramiento de los individuos y la incapacidad para reconocerlo como diferente.
Otros ejemplos de relaciones jerárquicas suelen darse por ejemplo en terrenos afectivos y sentimentales. En este tipo de relaciones, aunque parezca contradictorio, es frecuente caer en la absolutización del otro: “Tú eres todo para mí”, y por lo tanto “Yo no soy nada sin ti”. Y aunque son expresiones que no necesariamente significan lo que dicen, de todas maneras no podemos negar que se trata de relaciones marcadas por la desigualdad.
Es que esa “fusión de horizontes” de la que nos habla Gadamer, y que según él representa el objetivo de toda interelación dialogante parece quedarse en el deber ser.
En conclusión somos diferentes (no distintos) y eso no se puede negar, pero ¿en qué momento esta diferencia se convierte en desigualdad? Es decir, ¿cuándo empiezo a discriminar a los demás por el hecho de no ser como yo? y yendo a un tema mucho más puntual ¿en qué momento esa discriminación llega a radicalizarse y se traduce en una agresión al otro, en un desprecio?. Estos interrogantes son mis motivadores esenciales para el presente ensayo.
En primer lugar podríamos tomar el ejemplo de los conquistadores. Ellos se concibieron a sí mismos como diferentes-superiores cuando juzgaron a los demás desde su perspectiva eurocéntrica. Interpretaron, a partir de la vestimenta por ejemplo, que ellos eran “civilizados” y los indígenas unos “salvajes”. Primera enseñanza: el prejuicio es una reducción de la identidad del otro, o mejor, es protegerse ante el otro y negarse a reconocerlo.
La de los españoles fue una valoración a priori y por lo tanto un falso reconocimiento.
Ahora bien, esto último no necesariamente se expresa en una clara opresión. Es más, creo que este no es el primer sentimiento que se experimenta. Más bien por lo visto lo que sintieron fue una condescendencia. Sentimiento que no es noble, sino más bien consagrador de un sentimiento de superioridad. Segunda enseñanza, tal como parafraseando a Tubito podemos decir que la gente merece y desea respecto, que se le reconozco y valore como tal… eso le permite una autocreación; la gente no quiere condescendencia.
Ahora que lo pienso mejor es posible que la “pena” por el otro es una forma también de menosprecio, de ahí al desprecio parece haber un paso, o en todo caso es difícil reconocer el límite que los separa.
¿Qué es lo que sucede cuando el menosprecio y el desprecio se introyectan? ¿Qué características nos ayudan a reconocer que estamos en ese proceso? Nos detendremos un poco más en este punto.
El autodesprecio surge cuando se cree que se es inferior y ello se vive como algo vergonzoso, humillante. En sí, es una presunta inferioridad, ya que, cuando se analiza con un mínimo de objetividad, se comprueba que no hay motivos de peso para considerarlo tal, o que, en cualquier caso, se le está dando una importancia subjetiva desmesurada.
Lo habitual es que todo esto se lleve en el secreto de la propia intimidad, y que tenga una importante carga subjetiva. A mi modo de ver muchas veces aparentemente no resultan evidentes desde el exterior, pero suelen constituir un intenso y profundo motivo de desasosiego, condiciona bastante la personalidad y el comportamiento de quien las sufre.
Esto es precisamente lo que ha sucedido en el Perú. Tal como señala Degregori desde un inicio una oligarquía con un modelo excluyente de nación hizo creer que en la “comunidad soñada” no había espacio para el que era indígena y analfabeto
Y esto es lo que Lerner en su discurso inaugural al presentar las conclusiones de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación. Según él, sería muy difícil imaginar tanta masacre sin el ingrediente del odio y el desprecio hacia los campesinos de la sierra. ¿Cuál era el rostro de los militares y los senderistas? El mismo que el de sus verdugos, es decir que en sus actos violentos estaban demostrando que se odiaban a sí mismos, estaban matando en los demás aquello que despreciaban de sí mismos.
¿Cómo defenderse ante tanto desprecio? ¿Cómo mantener la dignidad? Y es que ante este discurso reiterativo uno termina creyéndose el cuento. Con Tubino podemos decir que: “El aumenosprecio que interiorizaron los colonizados fue el instrumento más poderoso de su opresión”
Inclusive el termino “raza” como nos recuerda Aníbal Quijano, es “un producto de la historia de poder que fue impuesta en la materialidad de las relaciones sociales, tan duradera y profundamente que fue asumida como parte de la materialidad misma”. Cholo, mestizo, blanco no son terminos “naturales”, sino producto de la una historia de poder.
Y ¿cuándo se deja de ser cómplice de esa opresión? Siguiendo al mismo Tubino concluimos que:
“Cuando uno se libera de esa identidad impuesta y destructiva y empiezan a construirse una autoimagen positiva. La lucha por el reconocimiento de las identidades se transforma así en el elemento medular de la emancipación de los oprimidos y de la justicia cultural y social”
Y Gramsci agregaría “Los grupos dominantes se tornan hegemónicos cuando logran cohesionar a los grupos subalternos en base a su visión del mundo”
El autosprecio significa una erosión de la autoestima ¿cómo se puede desarrollar una cultura profundamente lastimada en su amor propio? “Sólo podemos florecer en la medida en que se nos reconoce” diría Tubino.
Concluimos pues que el reconocimiento no es una cortesía sino una necesidad humana vital. Reconocer al otro sin reducirlo a lo que yo quiero que sea. Es más, no se puede pretender cambiar al otro si es que primero no lo reconozco como tal. Todos los intentos por cambiar-ayudar a los demás sin reconocer primero su propia identidad han fracaso.
Finalmente considero que es para sostener este reconocimiento es necesario creer en una reconciliación. No en el sentido de quien se disculpa por algo como una regla de cortesía; sino desde la restitución de la fe en el hombre. Creer que en el hombre hay más cosas dignas de admiración que de desprecio.
ESTADO MULTICULTURAL Y CONSTITUCIÓN
Wilbert Tapia Meza
Grupo de Estudio: Interculturalidad
Instituto Ética y Desarrollo
Diciembre del 2006
Desde el punto de vista político, el fenómeno de la interculturalidad puede ser abordado desde diferentes perspectivas. Una de ellas tiene que ver con la organización política, aquí se encuentra desarrollada una propuesta denominada la del Estado Multicultural. La inquietud que surge es si dentro del ordenamiento formal (jurídico) existen normas que tomen en cuenta nuestra realidad multicultural y que podrían servir de base para proponer un Estado Multicultural en nuestro país. En ese sentido haremos primero una caracterización básica de este modelo de Estado, luego veremos cómo se ha considerado la cuestión intercultural en las constituciones de nuestro país incluida la actualmente vigente; y, finalmente, revisaremos las perspectivas de su aceptación formal.
Will Kymlicka propone un Estado Multicultural con las siguientes características: que no sea posesión de un grupo dominante nacional, sino que pertenezca equitativamente a todos los ciudadanos; que las políticas de construcción nacional asimilacionistas y excluyentes sean reemplazadas por políticas de reconocimiento y adecuación; y, que las injusticias históricas sean reconocidas. Desde otra perspectiva, Luis Villoro considera que un Estado pluricultural debe construirse bajo el principio de autonomía y autodeterminación que deben ejercer los pueblos indígenas a través de sus comunidades. En nuestro medio el sociólogo José Mendívil ha formulado una propuesta similar en su libro El federalismo andino: diversidad cultural y Estado plurinacional, en el que propone una república basada en regiones constituidas por estados federales y basado en las autonomías territoriales de los pueblos quechuas, aymaras y amazónicos.
Las diferentes propuestas de un Estado Multicultural requieren de un instrumento jurídico que las haga posible, ese instrumento es la Constitución. La ciencia política considera que una Constitución hace referencia a la forma en que un Estado se encuentra estructurado, y eso responde principalmente a la forma y el modo cómo se estructuran las diferentes fuerzas políticas que actúan en ese Estado. También puede entenderse la Constitución simplemente como un texto constitucional, es decir, una ley en la que se establecen las normas sobre el modo como está o deberá estar organizado un Estado y los derechos y garantías que tienen los ciudadanos frente al poder.
Si la Constitución debe reflejar la existencia de las diferentes fuerzas políticas que existen en un Estado, entonces, allí deberían estar incluidos los pueblos indígenas, es decir, la forma de organización política debe tomarlos en cuenta.
De acuerdo a un estudio realizado por Barie (Pueblos indígenas y derechos constitucionales en América Latina: un panorama), el tratamiento legal de las poblaciones indígenas ha atravesado en la historia de la república del Perú por cinco etapas:
1) Una etapa (siglo XIX) en la que los legisladores no promulgan leyes específicamente indigenistas, las cartas constitucionales excluían a la población indígena de la ciudadanía, condicionándose el voto al conocimiento del abecedario, a la propiedad o al vínculo laboral.
En esta etapa, entonces, existió una exclusión sistemática de los indígenas en el ejercicio ciudadano. Debido al condicionamiento de la ciudadanía, el orden legal constituía un régimen de separación racional. La república peruana estaba basada en la propiedad individual, el monolingüismo, la religión católica y el Estado unitario, características contrarias a la presencia de culturas originarias.
2) En 1920 el presidente Augusto B. Leguía impulsa un constitucionalismo social en el que incluye por primera vez a los indígenas. Se reconoce y protege a las comunidades indígenas, así como sus propiedades, se elimina la relación laboral de tipo esclavo así como la prohibición de votar para analfabetos. De este modo, se deja de lado la pretensión de construir una ciudadanía forzada.
La constitución de esta época está caracterizada por la presencia de un proteccionismo estatal que sirvió de ejemplo para otros países. La Constitución de 1933 mantiene la misma línea.
3) Durante el Gobierno militar de Velasco Alvarado (1968-1975) se dictan una serie de leyes y disposiciones que protegen la posesión de tierras e introducen el bilingüismo en la educación indígena. Efectivamente, el tratamiento de la problemática indígena se desarrolla a través de la reforma agraria y la promulgación de una legislación educativo cultural. Aunque esto no se plasmó constitucionalmente, de todas maneras constituyen hitos importantes por el alcance nacional que tuvieron.
4) En la Constitución de 1979 se profundiza la constitucionalización de los derechos indígenas desde el punto de vista de la tierra, la cultura y la participación política. En cuanto a lo primero, se reconoce el derecho de autonomía en el manejo de las tierras de las comunidades campesinas y nativas. En cuanto a los derechos culturales, existen una serie de reconocimientos en los que destaca el reconocimiento oficial del quechua y el aymara, pero sin que el español pierda su posición privilegiada como idioma oficial, por otro lado, se reconoce la educación bilingüe y se protegen las lenguas aborígenes. Desde el punto de vista político, se reconoce el derecho de los analfabetos (la mayoría de ellos indígenas) a participar en la vida política, se otorga autonomía organizativa y jurídica a las comunidades.
5) Finalmente, la quinta etapa está representada por la Constitución de 1993 que conjuga diversos tratamientos de los indígenas, desde la perspectiva paternalista hasta los que lo incluyen dentro del discurso neoliberal e intercultural. Pero no se logra establecer una legislación coherente sobre los pueblos indígenas.
Veamos con más detalle lo establecido por la Constitución vigente en relación a las culturas indígenas. Los primeros dispositivos establecen igualdad de todos los ciudadanos, esto no permite formular una ciudadanía de tipo intercultural en la que los indígenas puedan tener derechos que guarden mayor concordancia con su cultura y que además le signifiquen un reconocimiento especial. Por ejemplo, los indígenas de la sierra o de la selva no tendrían mayores derechos que los del ámbito urbano, lo cual desde el punto de vista equitativo, sería un contrasentido por el abandono que tienen precisamente en aspectos como la educación o la salud en esas zonas.
Por otro lado, el hecho de establecer, por ejemplo, que exista el derecho de la igualdad, no significa que efectivamente exista. El hecho es que en la realidad social no se manifiesta este derecho a la igualdad, la exclusión social por la que atraviesan la mayoría de las poblaciones indígenas, la discriminación por razón de raza e idioma actualmente existentes son ejemplos de cómo una norma constitucional establece un principio que luego no guarda concordancia con la realidad. La Constitución en este aspecto solamente está señalando una aspiración.
En el texto constitucional se reconoce el derecho a la identidad étnica y cultural. Éste constituye un principio dirigido específicamente a la poblaciones indígenas del Perú y hace bien en establecerlo.
Pero también se puede observar un enfoque paternalista en el reconocimiento de los derechos indígenas. Se dice que el Estado tiene la responsabilidad de proteger la pluralidad étnica y cultural de la Nación. Esta perspectiva constituye indirectamente una visión de minusvalía ciudadana respecto a las poblaciones indígenas, en la que además establecería una relación de dependencia. Algo contradictorio con el anterior principio de igualdad entre los ciudadanos. Si es que se les reconociera su derecho de autodeterminación, los pueblos indígenas tendrían la oportunidad de construir sus propios proyectos de desarrollo y con ello también podrían ser otro grupo más de los diversos que constituye el Estado peruano.
En cuanto a la utilización del idioma, nos encontramos aquí frente a otra declaración lírica pues se reconoce a todo peruano su identidad étnica y cultural, así como el derecho a usar su propio idioma ante cualquier autoridad . Es cierto que en ciertos contextos es posible que los peruanos puedan utilizar su propio idioma, esto ocurre en algunas experiencias de educación intercultural bilingüe o en algunas instancia del Poder Judicial. Sin embargo, es conocido que la mayoría de los trámites y procedimientos que se siguen ante las autoridades estatales tienen que hacerse en el idioma castellano. Además, existe la imposibilidad de reclamar los derechos de parte de los indígenas porque precisamente no conocen el idioma predominante.
En cuanto a la educación, si bien la Constitución y las disposiciones en materia educativa consideran el respeto por la diversidad cultural y lingüística en los procesos educativos, lo cierto es que esto no se plasma en la realidad. Los profesores, en su mayoría, asumen el Diseño Curricular Básico como la principal fuente de contenidos a transmitirse a sus estudiantes y, por supuesto, con ello se atenta contra el derecho a la identidad, especialmente, de las poblaciones indígenas.
De otro lado, el desarrollo de la educación bilingüe intercultural es muy limitado en nuestro país, existen propuestas que se vienen desarrollando en diversas zonas, pero no llegan a cubrir la mayoría de las zonas de pueblos indígenas. Esto además, sin tomar en cuenta el nulo tratamiento que existe sobre la educación intercultural en zonas urbanas.
En lo que se refiere al tipo de Estado, la Constitución establece que es Estado es uno e indivisible, que su gobierno es unitario, representativo y descentralizado, y se organiza según el principio de la separación de poderes. Planteado de esta manera, constituye un obstáculo para la construcción de un Estado Multicultural que debería permitir la presencia de diferentes tipos de nacionalidades dentro de su territorio.
Los antecedentes históricos de las Constituciones en el Perú muestran una evolución irregular que en todo caso, solamente tienen de común el lento y progresivo reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas. Pero en ninguno de estos antecedentes se observa la plasmación de los principios para la constitución del Estado Multicultural.
Las comunidades indígenas son incorporados en el Estado peruano, sin que exista una decisión explícita de ser parte de él, es decir, no se le otorga el derecho de autonomía y libre determinación. Con ello, también, toda la normatividad constitucional le es impuesta a través del esquema política trazado.
De acuerdo a lo anteriormente expuesto y tomando como referencia las condiciones de Estado Multicultural de Kymlicka se observa que la Constitución Política del Perú todavía muestra la existencia de un grupo dominante, al que precisamente están referidas la mayoría de las disposiciones constitucionales; en cuanto a las políticas de reconocimiento y adecuación, se puede observar alguna leve presencia de ellas; el requisito de las injusticias históricas no es reconocido en ninguna parte de la Constitución. Desde los enfoques de Luis Villoro y José Mendívil, tampoco se encuentran consagrados los principio de autonomía y autodeterminación de los pueblos indígenas. Por tanto, hay una profunda distancia entre la Constitución Política y un Estado Multicultural en nuestro país.
Frente a esta situación, parece ser que lo más aconsejable sea proceder progresivamente hacia la formulación de ese Estado Multicultural. Esto debería iniciarse con una reforma constitucional en la que se considere, bajo el principio de discriminación positiva, una participación legal, a través de cuotas de poder, de las comunidades indígenas tanto del ande como de la amazonía.
Esto implica fortalecer las organizaciones indígenas que permitan representar las demandas efectivas, reales de los pueblos indígenas. Se requiere también de una coordinación de estas organizaciones para que sus demandas tengan una mayor contundencia. La pertinencia de este tipo de planteamiento responde a la realidad política de nuestro país en la que los actores políticos no consideran el espacio de la identidad y la cultura como elemento dinamizador de la acción social.
El desarrollo de las organizaciones indígenas debe significar también la formación de cuadros no solamente políticos, sino también intelectuales y técnicos.
El reconocimiento de estos derechos les permitiría negociar la explotación de sus recursos y crear así un proceso efectivo de desarrollo social, económico y político en su zona.
Conclusiones
1) Ciertos derechos indígenas han sido reconocidos por la Constitución de manera progresiva.
2) No obstante este reconocimiento, son insuficientes para la conformación de un Estado Multicultural en el Perú.
3) Se hace necesaria la modificación constitucional que permita en primer lugar, otorgar el derecho a la libre determinación de los pueblos indígenas, permitiéndoles autonomía administrativa, económica y política, dentro de los principios que voluntariamente se convengan con el Estado.
4) Este proceso se tiene que realizar de manera gradual debido al contexto en el que nos encontramos.
Grupo de Estudio: Interculturalidad
Instituto Ética y Desarrollo
Diciembre del 2006
Desde el punto de vista político, el fenómeno de la interculturalidad puede ser abordado desde diferentes perspectivas. Una de ellas tiene que ver con la organización política, aquí se encuentra desarrollada una propuesta denominada la del Estado Multicultural. La inquietud que surge es si dentro del ordenamiento formal (jurídico) existen normas que tomen en cuenta nuestra realidad multicultural y que podrían servir de base para proponer un Estado Multicultural en nuestro país. En ese sentido haremos primero una caracterización básica de este modelo de Estado, luego veremos cómo se ha considerado la cuestión intercultural en las constituciones de nuestro país incluida la actualmente vigente; y, finalmente, revisaremos las perspectivas de su aceptación formal.
Will Kymlicka propone un Estado Multicultural con las siguientes características: que no sea posesión de un grupo dominante nacional, sino que pertenezca equitativamente a todos los ciudadanos; que las políticas de construcción nacional asimilacionistas y excluyentes sean reemplazadas por políticas de reconocimiento y adecuación; y, que las injusticias históricas sean reconocidas. Desde otra perspectiva, Luis Villoro considera que un Estado pluricultural debe construirse bajo el principio de autonomía y autodeterminación que deben ejercer los pueblos indígenas a través de sus comunidades. En nuestro medio el sociólogo José Mendívil ha formulado una propuesta similar en su libro El federalismo andino: diversidad cultural y Estado plurinacional, en el que propone una república basada en regiones constituidas por estados federales y basado en las autonomías territoriales de los pueblos quechuas, aymaras y amazónicos.
Las diferentes propuestas de un Estado Multicultural requieren de un instrumento jurídico que las haga posible, ese instrumento es la Constitución. La ciencia política considera que una Constitución hace referencia a la forma en que un Estado se encuentra estructurado, y eso responde principalmente a la forma y el modo cómo se estructuran las diferentes fuerzas políticas que actúan en ese Estado. También puede entenderse la Constitución simplemente como un texto constitucional, es decir, una ley en la que se establecen las normas sobre el modo como está o deberá estar organizado un Estado y los derechos y garantías que tienen los ciudadanos frente al poder.
Si la Constitución debe reflejar la existencia de las diferentes fuerzas políticas que existen en un Estado, entonces, allí deberían estar incluidos los pueblos indígenas, es decir, la forma de organización política debe tomarlos en cuenta.
De acuerdo a un estudio realizado por Barie (Pueblos indígenas y derechos constitucionales en América Latina: un panorama), el tratamiento legal de las poblaciones indígenas ha atravesado en la historia de la república del Perú por cinco etapas:
1) Una etapa (siglo XIX) en la que los legisladores no promulgan leyes específicamente indigenistas, las cartas constitucionales excluían a la población indígena de la ciudadanía, condicionándose el voto al conocimiento del abecedario, a la propiedad o al vínculo laboral.
En esta etapa, entonces, existió una exclusión sistemática de los indígenas en el ejercicio ciudadano. Debido al condicionamiento de la ciudadanía, el orden legal constituía un régimen de separación racional. La república peruana estaba basada en la propiedad individual, el monolingüismo, la religión católica y el Estado unitario, características contrarias a la presencia de culturas originarias.
2) En 1920 el presidente Augusto B. Leguía impulsa un constitucionalismo social en el que incluye por primera vez a los indígenas. Se reconoce y protege a las comunidades indígenas, así como sus propiedades, se elimina la relación laboral de tipo esclavo así como la prohibición de votar para analfabetos. De este modo, se deja de lado la pretensión de construir una ciudadanía forzada.
La constitución de esta época está caracterizada por la presencia de un proteccionismo estatal que sirvió de ejemplo para otros países. La Constitución de 1933 mantiene la misma línea.
3) Durante el Gobierno militar de Velasco Alvarado (1968-1975) se dictan una serie de leyes y disposiciones que protegen la posesión de tierras e introducen el bilingüismo en la educación indígena. Efectivamente, el tratamiento de la problemática indígena se desarrolla a través de la reforma agraria y la promulgación de una legislación educativo cultural. Aunque esto no se plasmó constitucionalmente, de todas maneras constituyen hitos importantes por el alcance nacional que tuvieron.
4) En la Constitución de 1979 se profundiza la constitucionalización de los derechos indígenas desde el punto de vista de la tierra, la cultura y la participación política. En cuanto a lo primero, se reconoce el derecho de autonomía en el manejo de las tierras de las comunidades campesinas y nativas. En cuanto a los derechos culturales, existen una serie de reconocimientos en los que destaca el reconocimiento oficial del quechua y el aymara, pero sin que el español pierda su posición privilegiada como idioma oficial, por otro lado, se reconoce la educación bilingüe y se protegen las lenguas aborígenes. Desde el punto de vista político, se reconoce el derecho de los analfabetos (la mayoría de ellos indígenas) a participar en la vida política, se otorga autonomía organizativa y jurídica a las comunidades.
5) Finalmente, la quinta etapa está representada por la Constitución de 1993 que conjuga diversos tratamientos de los indígenas, desde la perspectiva paternalista hasta los que lo incluyen dentro del discurso neoliberal e intercultural. Pero no se logra establecer una legislación coherente sobre los pueblos indígenas.
Veamos con más detalle lo establecido por la Constitución vigente en relación a las culturas indígenas. Los primeros dispositivos establecen igualdad de todos los ciudadanos, esto no permite formular una ciudadanía de tipo intercultural en la que los indígenas puedan tener derechos que guarden mayor concordancia con su cultura y que además le signifiquen un reconocimiento especial. Por ejemplo, los indígenas de la sierra o de la selva no tendrían mayores derechos que los del ámbito urbano, lo cual desde el punto de vista equitativo, sería un contrasentido por el abandono que tienen precisamente en aspectos como la educación o la salud en esas zonas.
Por otro lado, el hecho de establecer, por ejemplo, que exista el derecho de la igualdad, no significa que efectivamente exista. El hecho es que en la realidad social no se manifiesta este derecho a la igualdad, la exclusión social por la que atraviesan la mayoría de las poblaciones indígenas, la discriminación por razón de raza e idioma actualmente existentes son ejemplos de cómo una norma constitucional establece un principio que luego no guarda concordancia con la realidad. La Constitución en este aspecto solamente está señalando una aspiración.
En el texto constitucional se reconoce el derecho a la identidad étnica y cultural. Éste constituye un principio dirigido específicamente a la poblaciones indígenas del Perú y hace bien en establecerlo.
Pero también se puede observar un enfoque paternalista en el reconocimiento de los derechos indígenas. Se dice que el Estado tiene la responsabilidad de proteger la pluralidad étnica y cultural de la Nación. Esta perspectiva constituye indirectamente una visión de minusvalía ciudadana respecto a las poblaciones indígenas, en la que además establecería una relación de dependencia. Algo contradictorio con el anterior principio de igualdad entre los ciudadanos. Si es que se les reconociera su derecho de autodeterminación, los pueblos indígenas tendrían la oportunidad de construir sus propios proyectos de desarrollo y con ello también podrían ser otro grupo más de los diversos que constituye el Estado peruano.
En cuanto a la utilización del idioma, nos encontramos aquí frente a otra declaración lírica pues se reconoce a todo peruano su identidad étnica y cultural, así como el derecho a usar su propio idioma ante cualquier autoridad . Es cierto que en ciertos contextos es posible que los peruanos puedan utilizar su propio idioma, esto ocurre en algunas experiencias de educación intercultural bilingüe o en algunas instancia del Poder Judicial. Sin embargo, es conocido que la mayoría de los trámites y procedimientos que se siguen ante las autoridades estatales tienen que hacerse en el idioma castellano. Además, existe la imposibilidad de reclamar los derechos de parte de los indígenas porque precisamente no conocen el idioma predominante.
En cuanto a la educación, si bien la Constitución y las disposiciones en materia educativa consideran el respeto por la diversidad cultural y lingüística en los procesos educativos, lo cierto es que esto no se plasma en la realidad. Los profesores, en su mayoría, asumen el Diseño Curricular Básico como la principal fuente de contenidos a transmitirse a sus estudiantes y, por supuesto, con ello se atenta contra el derecho a la identidad, especialmente, de las poblaciones indígenas.
De otro lado, el desarrollo de la educación bilingüe intercultural es muy limitado en nuestro país, existen propuestas que se vienen desarrollando en diversas zonas, pero no llegan a cubrir la mayoría de las zonas de pueblos indígenas. Esto además, sin tomar en cuenta el nulo tratamiento que existe sobre la educación intercultural en zonas urbanas.
En lo que se refiere al tipo de Estado, la Constitución establece que es Estado es uno e indivisible, que su gobierno es unitario, representativo y descentralizado, y se organiza según el principio de la separación de poderes. Planteado de esta manera, constituye un obstáculo para la construcción de un Estado Multicultural que debería permitir la presencia de diferentes tipos de nacionalidades dentro de su territorio.
Los antecedentes históricos de las Constituciones en el Perú muestran una evolución irregular que en todo caso, solamente tienen de común el lento y progresivo reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas. Pero en ninguno de estos antecedentes se observa la plasmación de los principios para la constitución del Estado Multicultural.
Las comunidades indígenas son incorporados en el Estado peruano, sin que exista una decisión explícita de ser parte de él, es decir, no se le otorga el derecho de autonomía y libre determinación. Con ello, también, toda la normatividad constitucional le es impuesta a través del esquema política trazado.
De acuerdo a lo anteriormente expuesto y tomando como referencia las condiciones de Estado Multicultural de Kymlicka se observa que la Constitución Política del Perú todavía muestra la existencia de un grupo dominante, al que precisamente están referidas la mayoría de las disposiciones constitucionales; en cuanto a las políticas de reconocimiento y adecuación, se puede observar alguna leve presencia de ellas; el requisito de las injusticias históricas no es reconocido en ninguna parte de la Constitución. Desde los enfoques de Luis Villoro y José Mendívil, tampoco se encuentran consagrados los principio de autonomía y autodeterminación de los pueblos indígenas. Por tanto, hay una profunda distancia entre la Constitución Política y un Estado Multicultural en nuestro país.
Frente a esta situación, parece ser que lo más aconsejable sea proceder progresivamente hacia la formulación de ese Estado Multicultural. Esto debería iniciarse con una reforma constitucional en la que se considere, bajo el principio de discriminación positiva, una participación legal, a través de cuotas de poder, de las comunidades indígenas tanto del ande como de la amazonía.
Esto implica fortalecer las organizaciones indígenas que permitan representar las demandas efectivas, reales de los pueblos indígenas. Se requiere también de una coordinación de estas organizaciones para que sus demandas tengan una mayor contundencia. La pertinencia de este tipo de planteamiento responde a la realidad política de nuestro país en la que los actores políticos no consideran el espacio de la identidad y la cultura como elemento dinamizador de la acción social.
El desarrollo de las organizaciones indígenas debe significar también la formación de cuadros no solamente políticos, sino también intelectuales y técnicos.
El reconocimiento de estos derechos les permitiría negociar la explotación de sus recursos y crear así un proceso efectivo de desarrollo social, económico y político en su zona.
Conclusiones
1) Ciertos derechos indígenas han sido reconocidos por la Constitución de manera progresiva.
2) No obstante este reconocimiento, son insuficientes para la conformación de un Estado Multicultural en el Perú.
3) Se hace necesaria la modificación constitucional que permita en primer lugar, otorgar el derecho a la libre determinación de los pueblos indígenas, permitiéndoles autonomía administrativa, económica y política, dentro de los principios que voluntariamente se convengan con el Estado.
4) Este proceso se tiene que realizar de manera gradual debido al contexto en el que nos encontramos.
LA REPRESENTACIÓN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN EL SISTEMA DEMOCRÁTICO ACTUAL
Fernando Córdova T.
María F. Carpio M.
William F. Laura H.
Mareliz López O.
Miryam Quiñones H.
Grupo de Estudio: Representación Política
Instituto Ética y Desarrollo
Diciembre del 2006
Introducción
En una sociedad plural donde las condiciones socio-económicas están marcadas por la desigualdad y pobreza, por el bajo nivel de Estado de derecho (régimen democrático) e institucionalidad, crear partidos institucionalizados es una tarea bien difícil y que tomará su tiempo. Es cierto que la crisis de legitimidad y representación de los partidos políticos está asociada al pobre desempeño que éstos han tenido, desde el control del Estado, en la conducción de los destinos nacionales, pero también es cierto que para que una democracia funcione debe haber partidos políticos “vigorosos”, bien consolidados.
Una preocupación constante, que sobresale en los foros de discusión, es que los partidos políticos no representan la diversidad de una nación y que no hacen nada por facilitar y lograr una mayor participación e inclusión de los grupos subrepresentados (los grupos indígenas, minorías étnicas, mujeres y jóvenes) en la vida política. Pues, no es únicamente cuestión de atraer a los ciudadanos a participar, tanto en los canales formalizados (elecciones, partidos, sindicatos) como en los informalizados (nuevos movimientos sociales) del régimen, se trata de incluirles en el sistema político.
En ese sentido, es importante redefinir el papel y reivindicar el valor de los partidos para la democracia. Para ello, es pertinente preguntarse: ¿qué debe hacerse para superar la desconfianza y la crisis de legitimidad de los partidos políticos?, ¿cómo pueden los partidos renovarse y reconquistar el apoyo de los ciudadanos?
Algunas nociones básicas:
Partido
Para Giovanni Sartori, un partido “es cualquier grupo político que se presenta a elecciones y que pueda colocar a sus candidatos a cargos públicos”.
Según Nicolás Lynch, un partido “es una organización cuyo propósito fundamental, por razones fundamentales y/o programáticas es conseguir el poder político y que en función de este objetivo busca agregar y compatibilizar intereses sociales, movilizar a la población, seleccionar a candidatos a puestos públicos e influir en distintos momentos y de diferente manera en la situación política”.
Para Schattschneidere, “un partido político es un intento organizado de conseguir poder político”.
En suma, un partido político es una organización política, formada por personas de similar tendencia ideológica, cuyo objetivo es obtener el poder del Estado e imponer su programa político.
Democracia
Con respecto a la democracia, se le define como un régimen político, es decir, una forma de gobierno y un tipo de relación entre el Estado y la sociedad. Pero no es el único régimen político posible. Pues, para hacer tal distinción debemos tener en consideración dos cosas: a.- los criterios que se establecen para el ejercicio del poder; y b.- las reglas para que las decisiones vinculen y obliguen a los ciudadanos.
La democracia es una forma de entender el mundo y una forma de vida, una manera de percibirse a sí mismo y a los otros. La democracia es una cultura, es decir, una manera de comportamiento cotidiano que nos aproxima a la comprensión del otro, aún en sus errores.
El sociólogo francés, Alain Touraine dice sobre la democracia: “lo que alimenta la conciencia democrática es hoy más que ayer, el reconocimiento de la diversidad de los intereses, las opiniones y las conductas; y por consiguiente la voluntad de crear mayor diversidad posible en una sociedad que también debe alcanzar un nivel cada vez más alto de integración intensa y de competitividad internacional...”
El politólogo norteamericano, Robert Dahl, señala que la democracia es una poliarquía electiva. La democracia se definió en primer lugar como expresión de la soberanía popular. La democracia se define no por la separación de poderes sino por la naturaleza de los vínculos entre la sociedad civil, la sociedad política y el Estado. Si la influencia se ejerce de arriba hacia abajo la democracia está ausente, en tanto que llamamos democrática a la sociedad en que los actores sociales ordenan a sus representantes que a su vez controlen el Estado. Porque la democratización consta de dos dimensiones por lo menos: el debate público y el derecho a la participación ciudadana.
Ciudadanía
Según O’Donnell, “históricamente, la ciudadanía se desplegó junto con el capitalismo, el Estado moderno y el derecho racional-formal y la definición de ciudadano ‘corresponde exactamente al sujeto jurídico capaz de contraer libremente obligaciones’. El ciudadano es, en este marco, “el que tiene derecho a cumplir los actos que resultan en la constitución del poder de las instituciones estatales, en la elección de los gobernantes que pueden movilizar los recursos de aquellas y reclamar obediencia, y en la pretensión de recurrir procedimientos jurídicamente preestablecidos para ampararse de intromisiones que considera arbitrarias”.
En este sentido, la noción de ciudadanía incluye a partir del siglo XVIII un conjunto de derechos civiles, a los que se suman progresivamente los derechos políticos en el siglo XIX y los derechos sociales a partir del siglo XX, asumiendo las siguientes características:
· Los derechos civiles, compuesto por los derechos esenciales para la libertad individual, como la libertad de expresión, de pensamiento y la libertad religiosa, el derecho a la propiedad privada y el derecho a la justicia.
· Los derechos políticos, como derechos colectivos vinculados a la ciudadanía civil y se refieren al derecho de participar en el ejercicio del poder político, como votar, ser representado o participar directamente del sistema.
· Los derechos sociales, más extensos y flexibles que los anteriores, se definen dentro de un rango que incluye desde el derecho al bienestar y la seguridad económica, hasta el derecho de compartir dentro de la comunidad la herencia social y vivir de acuerdo a criterios estandarizados aceptables para cada sociedad.
Partidos, ciudadanía y democracia
Se suele señalar que las democracias no pueden funcionar sin buenos sistemas de partidos políticos, y que los que teníamos, aún no siendo buenos, están en muchos sitios en descomposición. Es decir, se reconoce que no habrá sostenibilidad democrática sin buenos partidos, pero que las democracias seguirán deteriorándose con los partidos que tenemos. El fracaso de éstos conlleva –inevitablemente- a la desafección popular por la democracia y al vano intento por construir ciudadanía.
Sin duda alguna, los países de América Latina evidencian una marcada inestabilidad del sistema de partidos. Las distintas encuestas nacionales que se realizan en los diferentes países muestran la baja estima que los ciudadanos de la región tienen respecto a los partidos políticos y a la democracia.
Según Payne (2003), el Perú es el país con el más bajo nivel de institucionalización partidaria de la región. El resultado obtenido se expresa en los altos niveles de fragmentación política, un claro ejemplo de ello, son las recientes elecciones presidenciales, regionales y locales (provincial y distrital) de abril y noviembre de 2006.
Pues, el Perú nunca se caracterizó por tener una tradición democrática con gobiernos basados en partidos políticos, sino más bien por regímenes autoritarios y militares, donde sólo una minoría selecta gozaba de los privilegios, de los derechos ciudadanos, a diferencia de una gran mayoría marginada y excluida del sistema político.
Aquellos partidos políticos que surgieron en el siglo XX, como el APRA, el Partido Socialista Peruano (después, convertido en Partido Comunista Peruano), Acción Popular, el Partido Demócrata Cristiano (posteriormente conocido como Partido Popular Cristiano), carecieron de una visión nacional integradora y de la capacidad para proteger los intereses de la mayoría.
Los partidos políticos tradicionales, a lo largo de su historia, no han sido capaces de producir desarrollo y bienestar en sus sociedades, lo que significa no sólo la reducción de la pobreza y de la inequidad social, sino la creación de un ambiente propicio para cultivar toda la potencialidad humana, en un marco de respeto y garantía al ejercicio de las libertades públicas. Si bien este se constituye en uno de los criterios principales para juzgar el desempeño de los partidos. Pese a ello, se percibe una brecha entre las agendas partidistas, centradas en la lucha por el poder, y las agendas de desarrollo, que requieren acciones de largo plazo. Los partidos invierten copiosamente en el proceso de ganar las elecciones, pero no en prepararse para gobernar bien. No sólo hay endeblez programática, sino un divorcio entre los temas sociales y los temas políticos.
Con el descrédito de los partidos políticos, se inicia el “boom” de las agrupaciones políticas independientes y de los llamados outsider políticos. Fujimori se convierte en un personaje que de la nada llega a ganar las elecciones presidenciales de 1990. Sin duda, un duro golpe que terminó por sepultar a los partidos de esa época. La década de 1990-2000, se destacó –además de la corrupción, del atropello a los derechos humanos- por la antipolítica, es decir, la extinción total de las instituciones democráticas, de la cancelación de los derechos ciudadanos. En otras palabras, se instauró un régimen autocrático, despótico, donde las voluntades eran doblegadas y sometidas a un propósito: la continuación en el poder de una mafia (Fujimori y Montesinos).
En el año 2000 el régimen de Fujimori colapsa. Los diferentes sectores de la sociedad cumplen un papel trascendental y decisivo en este nuevo cambio. Un gobierno democrático se instaura en el 2001, el retorno a la democracia genera muchas expectativas, pero aún persiste ese sentimiento de rechazo hacia los partidos políticos.
Aparecen nuevos movimientos independientes decididos a competir con los partidos históricos en las contiendas electorales como Somos Perú, Solidaridad Nacional, Perú Posible, Frente Independiente Moralizador y otros, pero que no tienen nada que mostrar, excepto su gran improvisación y personalismo. La desilusión, la desconfianza en la ciudadanía hacia las instituciones democráticas crece, mientras los partidos viven en el autismo político, preocupados sólo por su supervivencia y por su dinámica interna, custodiando sus intereses individuales y políticos.
No cabe duda que vivimos en una república sin ciudadanos. En un país donde más del 50% son pobres no se puede hablar de ciudadanos. La pobreza como limitación de capacidades y libertades debilita la democracia. Más aún los que debieran representar a los distintos sectores sociales no representan a nadie. La multiplicación de “partidos” no hace más que reflejar lo dividido que está nuestro país.
La ley de partidos políticos
La preocupación por revitalizar o fortalecer, renovar los partidos y, por ende, crear un sistema de partidos estable con un número menor de partidos, para evitar la fragmentación política, hace necesaria la aprobación de una ley de partidos (Ley 28094, de octubre de 2003).
Según la ley, los partidos requieren acreditar comités en cuando menos un tercio de las provincias del país y dos terceras partes de los departamentos, con cuando menos cincuenta afiliados en cada uno de ellos. Los partidos nacionales necesitan también presentar las adhesiones de 128,293 ciudadanos (el equivalente al 1% de los ciudadanos que sufragaron en la últimas elecciones de carácter nacional) para inscribirse ante el Jurado Nacional de Elecciones. Además la ley establece la obligatoriedad del seguimiento de mecanismos de democracia interna para la elección de dirigentes y candidatos a cargos de elección popular. En términos generales, la ley busca tener partidos democráticos, basados en la participación de sus afiliados, con una presencia y cobertura nacional. De otro lado, para combatir la fragmentación de la representación en el Congreso se estableció la barrera del 5% de votos nacionales (Martín Tanaka, 2006).
Sin embargo, la ley de partidos no ha tenido éxito, porque no ha logrado modificar el comportamiento de los partidos. Son nulas las medidas adoptadas que sirvan para mejorar la gobernabilidad democrática como son los acuerdos de partidos y las coaliciones parlamentarias para dar continuidad a las políticas públicas y promover agendas legislativas sustanciales; capacitar a los líderes partidarios para enfrentar los retos económicos y sociales; complementar el enfoque cuantitativo de la participación política de los grupos indígenas, minorías étnicas, mujeres y jóvenes, por uno de orden cualitativo en el que se utilicen mecanismos innovadores como la organización en red, el funcionamiento temprano y el acceso a cargos de dirección y elección popular al interior de los partidos; incrementar la transparencia del financiamiento de los partidos mediante el fortalecimiento de los mecanismos de rendición de cuenta y de divulgación.
Conclusión
Para influir positivamente en los destinos de una nación, un partido debe disponer de un proyecto de país, que encarne los anhelos y aspiraciones de convivencia armónica y bien común de un vasto conglomerado social. Ese proyecto de país debe expresarse a través de una doctrina o ideología que a su vez contenga todo un sistema de valores que permita establecer marcos de referencia sobre los distintos aspectos de la economía, la política, la sociedad, la cultura y la ética que resultan fundamentales para la consolidación de las instituciones democráticas y la promoción del desarrollo.
Hay otros aspectos que nos parecen importantes en el rescate de la confianza de los partidos políticos por parte de la ciudadanía que tiene que ver con el establecimiento de lazos de solidaridad de las organizaciones partidistas con la gente y la recuperación de la mística como herramienta de concienciación y movilización popular. Los pueblos están cansados de ver partidos políticos y dirigentes sólo interesados en ellos como objeto electoral, esto es, como instrumentos de legitimación de aspiraciones individuales, y por consiguiente, reclaman que la actividad política se convierta en un medio de sensibilización social que permita la realización colectiva de las aspiraciones humanas de paz, progreso y libertad.
María F. Carpio M.
William F. Laura H.
Mareliz López O.
Miryam Quiñones H.
Grupo de Estudio: Representación Política
Instituto Ética y Desarrollo
Diciembre del 2006
“Nuestros partidos son entes de razón
sustantivos abstractos, agrupaciones
personalistas inconsistentes y
efímeras, cambiantes etiquetas que
pueden prestar utilidad para la
nomenclatura política pero no
construyen fuerzas vivas y hondas,
que son precisamente las que tiene
que estudiar y apreciar
el sociólogo político”.
Víctor Andrés Belaunde
sustantivos abstractos, agrupaciones
personalistas inconsistentes y
efímeras, cambiantes etiquetas que
pueden prestar utilidad para la
nomenclatura política pero no
construyen fuerzas vivas y hondas,
que son precisamente las que tiene
que estudiar y apreciar
el sociólogo político”.
Víctor Andrés Belaunde
Introducción
En una sociedad plural donde las condiciones socio-económicas están marcadas por la desigualdad y pobreza, por el bajo nivel de Estado de derecho (régimen democrático) e institucionalidad, crear partidos institucionalizados es una tarea bien difícil y que tomará su tiempo. Es cierto que la crisis de legitimidad y representación de los partidos políticos está asociada al pobre desempeño que éstos han tenido, desde el control del Estado, en la conducción de los destinos nacionales, pero también es cierto que para que una democracia funcione debe haber partidos políticos “vigorosos”, bien consolidados.
Una preocupación constante, que sobresale en los foros de discusión, es que los partidos políticos no representan la diversidad de una nación y que no hacen nada por facilitar y lograr una mayor participación e inclusión de los grupos subrepresentados (los grupos indígenas, minorías étnicas, mujeres y jóvenes) en la vida política. Pues, no es únicamente cuestión de atraer a los ciudadanos a participar, tanto en los canales formalizados (elecciones, partidos, sindicatos) como en los informalizados (nuevos movimientos sociales) del régimen, se trata de incluirles en el sistema político.
En ese sentido, es importante redefinir el papel y reivindicar el valor de los partidos para la democracia. Para ello, es pertinente preguntarse: ¿qué debe hacerse para superar la desconfianza y la crisis de legitimidad de los partidos políticos?, ¿cómo pueden los partidos renovarse y reconquistar el apoyo de los ciudadanos?
Algunas nociones básicas:
Partido
Para Giovanni Sartori, un partido “es cualquier grupo político que se presenta a elecciones y que pueda colocar a sus candidatos a cargos públicos”.
Según Nicolás Lynch, un partido “es una organización cuyo propósito fundamental, por razones fundamentales y/o programáticas es conseguir el poder político y que en función de este objetivo busca agregar y compatibilizar intereses sociales, movilizar a la población, seleccionar a candidatos a puestos públicos e influir en distintos momentos y de diferente manera en la situación política”.
Para Schattschneidere, “un partido político es un intento organizado de conseguir poder político”.
En suma, un partido político es una organización política, formada por personas de similar tendencia ideológica, cuyo objetivo es obtener el poder del Estado e imponer su programa político.
Democracia
Con respecto a la democracia, se le define como un régimen político, es decir, una forma de gobierno y un tipo de relación entre el Estado y la sociedad. Pero no es el único régimen político posible. Pues, para hacer tal distinción debemos tener en consideración dos cosas: a.- los criterios que se establecen para el ejercicio del poder; y b.- las reglas para que las decisiones vinculen y obliguen a los ciudadanos.
La democracia es una forma de entender el mundo y una forma de vida, una manera de percibirse a sí mismo y a los otros. La democracia es una cultura, es decir, una manera de comportamiento cotidiano que nos aproxima a la comprensión del otro, aún en sus errores.
El sociólogo francés, Alain Touraine dice sobre la democracia: “lo que alimenta la conciencia democrática es hoy más que ayer, el reconocimiento de la diversidad de los intereses, las opiniones y las conductas; y por consiguiente la voluntad de crear mayor diversidad posible en una sociedad que también debe alcanzar un nivel cada vez más alto de integración intensa y de competitividad internacional...”
El politólogo norteamericano, Robert Dahl, señala que la democracia es una poliarquía electiva. La democracia se definió en primer lugar como expresión de la soberanía popular. La democracia se define no por la separación de poderes sino por la naturaleza de los vínculos entre la sociedad civil, la sociedad política y el Estado. Si la influencia se ejerce de arriba hacia abajo la democracia está ausente, en tanto que llamamos democrática a la sociedad en que los actores sociales ordenan a sus representantes que a su vez controlen el Estado. Porque la democratización consta de dos dimensiones por lo menos: el debate público y el derecho a la participación ciudadana.
Ciudadanía
Según O’Donnell, “históricamente, la ciudadanía se desplegó junto con el capitalismo, el Estado moderno y el derecho racional-formal y la definición de ciudadano ‘corresponde exactamente al sujeto jurídico capaz de contraer libremente obligaciones’. El ciudadano es, en este marco, “el que tiene derecho a cumplir los actos que resultan en la constitución del poder de las instituciones estatales, en la elección de los gobernantes que pueden movilizar los recursos de aquellas y reclamar obediencia, y en la pretensión de recurrir procedimientos jurídicamente preestablecidos para ampararse de intromisiones que considera arbitrarias”.
En este sentido, la noción de ciudadanía incluye a partir del siglo XVIII un conjunto de derechos civiles, a los que se suman progresivamente los derechos políticos en el siglo XIX y los derechos sociales a partir del siglo XX, asumiendo las siguientes características:
· Los derechos civiles, compuesto por los derechos esenciales para la libertad individual, como la libertad de expresión, de pensamiento y la libertad religiosa, el derecho a la propiedad privada y el derecho a la justicia.
· Los derechos políticos, como derechos colectivos vinculados a la ciudadanía civil y se refieren al derecho de participar en el ejercicio del poder político, como votar, ser representado o participar directamente del sistema.
· Los derechos sociales, más extensos y flexibles que los anteriores, se definen dentro de un rango que incluye desde el derecho al bienestar y la seguridad económica, hasta el derecho de compartir dentro de la comunidad la herencia social y vivir de acuerdo a criterios estandarizados aceptables para cada sociedad.
Partidos, ciudadanía y democracia
Se suele señalar que las democracias no pueden funcionar sin buenos sistemas de partidos políticos, y que los que teníamos, aún no siendo buenos, están en muchos sitios en descomposición. Es decir, se reconoce que no habrá sostenibilidad democrática sin buenos partidos, pero que las democracias seguirán deteriorándose con los partidos que tenemos. El fracaso de éstos conlleva –inevitablemente- a la desafección popular por la democracia y al vano intento por construir ciudadanía.
Sin duda alguna, los países de América Latina evidencian una marcada inestabilidad del sistema de partidos. Las distintas encuestas nacionales que se realizan en los diferentes países muestran la baja estima que los ciudadanos de la región tienen respecto a los partidos políticos y a la democracia.
Según Payne (2003), el Perú es el país con el más bajo nivel de institucionalización partidaria de la región. El resultado obtenido se expresa en los altos niveles de fragmentación política, un claro ejemplo de ello, son las recientes elecciones presidenciales, regionales y locales (provincial y distrital) de abril y noviembre de 2006.
Pues, el Perú nunca se caracterizó por tener una tradición democrática con gobiernos basados en partidos políticos, sino más bien por regímenes autoritarios y militares, donde sólo una minoría selecta gozaba de los privilegios, de los derechos ciudadanos, a diferencia de una gran mayoría marginada y excluida del sistema político.
Aquellos partidos políticos que surgieron en el siglo XX, como el APRA, el Partido Socialista Peruano (después, convertido en Partido Comunista Peruano), Acción Popular, el Partido Demócrata Cristiano (posteriormente conocido como Partido Popular Cristiano), carecieron de una visión nacional integradora y de la capacidad para proteger los intereses de la mayoría.
Los partidos políticos tradicionales, a lo largo de su historia, no han sido capaces de producir desarrollo y bienestar en sus sociedades, lo que significa no sólo la reducción de la pobreza y de la inequidad social, sino la creación de un ambiente propicio para cultivar toda la potencialidad humana, en un marco de respeto y garantía al ejercicio de las libertades públicas. Si bien este se constituye en uno de los criterios principales para juzgar el desempeño de los partidos. Pese a ello, se percibe una brecha entre las agendas partidistas, centradas en la lucha por el poder, y las agendas de desarrollo, que requieren acciones de largo plazo. Los partidos invierten copiosamente en el proceso de ganar las elecciones, pero no en prepararse para gobernar bien. No sólo hay endeblez programática, sino un divorcio entre los temas sociales y los temas políticos.
Con el descrédito de los partidos políticos, se inicia el “boom” de las agrupaciones políticas independientes y de los llamados outsider políticos. Fujimori se convierte en un personaje que de la nada llega a ganar las elecciones presidenciales de 1990. Sin duda, un duro golpe que terminó por sepultar a los partidos de esa época. La década de 1990-2000, se destacó –además de la corrupción, del atropello a los derechos humanos- por la antipolítica, es decir, la extinción total de las instituciones democráticas, de la cancelación de los derechos ciudadanos. En otras palabras, se instauró un régimen autocrático, despótico, donde las voluntades eran doblegadas y sometidas a un propósito: la continuación en el poder de una mafia (Fujimori y Montesinos).
En el año 2000 el régimen de Fujimori colapsa. Los diferentes sectores de la sociedad cumplen un papel trascendental y decisivo en este nuevo cambio. Un gobierno democrático se instaura en el 2001, el retorno a la democracia genera muchas expectativas, pero aún persiste ese sentimiento de rechazo hacia los partidos políticos.
Aparecen nuevos movimientos independientes decididos a competir con los partidos históricos en las contiendas electorales como Somos Perú, Solidaridad Nacional, Perú Posible, Frente Independiente Moralizador y otros, pero que no tienen nada que mostrar, excepto su gran improvisación y personalismo. La desilusión, la desconfianza en la ciudadanía hacia las instituciones democráticas crece, mientras los partidos viven en el autismo político, preocupados sólo por su supervivencia y por su dinámica interna, custodiando sus intereses individuales y políticos.
No cabe duda que vivimos en una república sin ciudadanos. En un país donde más del 50% son pobres no se puede hablar de ciudadanos. La pobreza como limitación de capacidades y libertades debilita la democracia. Más aún los que debieran representar a los distintos sectores sociales no representan a nadie. La multiplicación de “partidos” no hace más que reflejar lo dividido que está nuestro país.
La ley de partidos políticos
La preocupación por revitalizar o fortalecer, renovar los partidos y, por ende, crear un sistema de partidos estable con un número menor de partidos, para evitar la fragmentación política, hace necesaria la aprobación de una ley de partidos (Ley 28094, de octubre de 2003).
Según la ley, los partidos requieren acreditar comités en cuando menos un tercio de las provincias del país y dos terceras partes de los departamentos, con cuando menos cincuenta afiliados en cada uno de ellos. Los partidos nacionales necesitan también presentar las adhesiones de 128,293 ciudadanos (el equivalente al 1% de los ciudadanos que sufragaron en la últimas elecciones de carácter nacional) para inscribirse ante el Jurado Nacional de Elecciones. Además la ley establece la obligatoriedad del seguimiento de mecanismos de democracia interna para la elección de dirigentes y candidatos a cargos de elección popular. En términos generales, la ley busca tener partidos democráticos, basados en la participación de sus afiliados, con una presencia y cobertura nacional. De otro lado, para combatir la fragmentación de la representación en el Congreso se estableció la barrera del 5% de votos nacionales (Martín Tanaka, 2006).
Sin embargo, la ley de partidos no ha tenido éxito, porque no ha logrado modificar el comportamiento de los partidos. Son nulas las medidas adoptadas que sirvan para mejorar la gobernabilidad democrática como son los acuerdos de partidos y las coaliciones parlamentarias para dar continuidad a las políticas públicas y promover agendas legislativas sustanciales; capacitar a los líderes partidarios para enfrentar los retos económicos y sociales; complementar el enfoque cuantitativo de la participación política de los grupos indígenas, minorías étnicas, mujeres y jóvenes, por uno de orden cualitativo en el que se utilicen mecanismos innovadores como la organización en red, el funcionamiento temprano y el acceso a cargos de dirección y elección popular al interior de los partidos; incrementar la transparencia del financiamiento de los partidos mediante el fortalecimiento de los mecanismos de rendición de cuenta y de divulgación.
Conclusión
Para influir positivamente en los destinos de una nación, un partido debe disponer de un proyecto de país, que encarne los anhelos y aspiraciones de convivencia armónica y bien común de un vasto conglomerado social. Ese proyecto de país debe expresarse a través de una doctrina o ideología que a su vez contenga todo un sistema de valores que permita establecer marcos de referencia sobre los distintos aspectos de la economía, la política, la sociedad, la cultura y la ética que resultan fundamentales para la consolidación de las instituciones democráticas y la promoción del desarrollo.
Hay otros aspectos que nos parecen importantes en el rescate de la confianza de los partidos políticos por parte de la ciudadanía que tiene que ver con el establecimiento de lazos de solidaridad de las organizaciones partidistas con la gente y la recuperación de la mística como herramienta de concienciación y movilización popular. Los pueblos están cansados de ver partidos políticos y dirigentes sólo interesados en ellos como objeto electoral, esto es, como instrumentos de legitimación de aspiraciones individuales, y por consiguiente, reclaman que la actividad política se convierta en un medio de sensibilización social que permita la realización colectiva de las aspiraciones humanas de paz, progreso y libertad.
LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LA EDUCACION
Giovanna Clavijo Arredondo (Coordinadora)
Felidad L. Barrientos Carpio
Leonor Herrera Pérez
Luz Lima Parsilla
Verónica Taquima Ancasi
Grupo de Estudio: Medios de Comunicación y Ciudadanía
Instituto Ética y Desarrollo - UARM
Agosto del 2006
Introducción
Los seres humanos vivimos inmersos en una sociedad donde lo prioritario e importante es estar constantemente comunicados. La comunicación se torna entonces, necesaria e importante. El ser humano ha ido evolucionando y estos cambios le han permitido explorar e inventar medios que le faciliten la comunicación con los demás. La nueva era nos permite gozar de medios sofisticados y ahora al alcance de todos que nos facilitan la comunicación y también nuevas metodologías para el aprendizaje y no sólo de nuestro medio sino también del mundo entero. ¡Qué interesante! ¡Qué fabuloso! Pero… ¿Los ciudadanos estamos preparados para darle un uso adecuado a estos avances tecnológicos? ¿Es beneficioso para la educación peruana contar con tantos medios de comunicación? ¿Se hace un uso adecuado de estos medios? Desde luego que este tema formula una serie de inquietudes, incógnitas, situaciones reales y concretas que en cuanto a educación se refieren, que iremos analizando y comentando en el presente ensayo. El trabajo grupal que presentamos pretende hacer un análisis de nuestra realidad educativa y el uso de los medios de comunicación en nuestros niños y jóvenes, sacar conclusiones que nos permitan además tomar conciencia de nuestro rol de educadores y reformular nuestras estrategias metodológicas para apoyar adecuadamente al proceso aprendizaje-enseñanza.
La ciencia y la tecnología avanzan ¿Y el hombre?
Los comunicadores sociales definen la información como todo mensaje que logra disminuir la incertidumbre. Por otra parte la comunicación se reconoce como un proceso de intercambio de información, un intercambio de ideas cuyo resultado es la concreción de ideas nuevas o el reforzamiento de las ideas preconcebidas. Debe ser por eso que en la historia del mundo, las revoluciones de la humanidad han estado signadas por los grandes avances que se han dado en la capacidad de comunicación del hombre. Actualmente, las discusiones académicas, los negocios, las relaciones internacionales, las actividades humanas más cotidianas están centradas en una revolución por demás significativa, porque tiene como base a las Tecnologías de Información y Comunicación, innovaciones que favorecen enormemente el flujo de información y que, por supuesto, mejoran las posibilidades de comunicación humana.
Lo fabuloso e impresionante es ver como ha evolucionado la ciencia y la tecnología, hoy en día la comunicación entre un lugar y otro es casi inmediato, contamos con medios que nos ofrecen la información más reciente e incluso podemos intercambiar nuestras ideas reforzando así nuestras concepciones. Los medios podríamos decir que están cumpliendo eficientemente su rol y la razón por la cual han sido creados.
En contraposición a esto, encontramos al hombre y su actitud frente a la revolución tecnológica. Teniendo en cuenta al emisor que se vale de algún medio de comunicación para dar a conocer algo o comunicarse con el receptor; y el receptor, agente pasivo que recepciona los mensajes, lo interioriza y actúa.
La actitud positiva o negativa de los agentes comunicativos: emisor, receptor básicamente, son el tema de nuestro análisis, ya que mucho depende de las buenas o malas intenciones que se tenga al hacer uso de los medios. Las cuestiones políticas, partidarias o los intereses propios desvirtúan la esencia y la razón por los cuales se han creado los medios. Pero tampoco todo es malo, en la sociedad en que vivimos encontramos personas con amplia experiencia profesional que transmiten conocimientos, informan y educan favorablemente, contribuyendo así a la formación de nuestros alumnos. Existe otro tipo de personas y/ o programas tanto radiales, televisivos, periodísticos que no educan, sino por el contrario se convierten en enemigos de la educación y desvirtúan todo el trabajo desarrollado en las aulas de clase. ¿Qué hacer? ¿Cómo el binomio medios de comunicación y educación puede seguir fortaleciéndose?
Un binomio perfecto o imperfecto
En las últimas décadas, la escuela ha sostenido una relación nada sencilla con los medios de comunicación. Entre el amor y el espanto, este vínculo se ha movido más cerca de la desconfianza, la acusación y la condena, que de la aceptación y el reconocimiento. Los medios de comunicación (radio, periódicos, revistas, televisión), sin embargo, desempeñan un papel central en la vida de los chicos y de los jóvenes.
Los medios de comunicación, y más recientemente las Nuevas Tecnologías, han modificado la manera de construir el saber, el modo de aprender, la forma de conocer.
La relación de los chicos con los medios de comunicación ha sido escasamente explorada en todo el mundo. Menor aún ha sido la preocupación por conocer el vínculo y la apropiación que hacen los chicos de sectores populares de los medios.
Los niños de sectores populares no sólo aprenden contenidos y acceden a información. A partir de un programa televisivo incorporan también prácticas sociales que asumen como comportamientos cotidianos en su vida dentro y fuera de la escuela.
La televisión, ciertamente, enseña a los niños acerca de saberes y prácticas habituales esenciales.
¿Cuál es, entonces, la relación que esperamos exista entre la escuela y los medios de comunicación? ¿Qué actitud nos interesa que promueva la escuela en relación con los medios?
Incorporar los medios en la escuela significa integrar, revalorizar y resignificar la cultura ordinaria de los alumnos, en la que la radio, el diario, la revista, el cine y la televisión ocupan un lugar fundamental.
Aportes para trabajo de aula
A continuación y de un modo sintético presentaremos algunas ideas básicas de cómo aprovechar en el contexto escolar los medios de comunicación social (televisión, prensa, radio, ordenadores…) con la finalidad de utilizarlos para el desarrollo de objetivos y contenidos de la educación intercultural.
La potencialidad pedagógica de los medios no ha sido suficientemente desarrollada en las aulas y centros educativos. Incluso pudiéramos afirmar que los medios, sobre todo los de naturaleza audiovisual como la televisión, están en la mayor parte de las aulas ausentes de la práctica docente. Curiosamente la institución escolar da la espalda a la experiencia mediática más relevante del alumnado: el consumo de televisión. A través de este medio el alumnado está saturado de grandes cantidades de imágenes, informaciones, e ideas sobre lo que ocurre en el planeta, sobre otros países, sobre otras costumbres y culturas. En la mayor parte de los casos, el alumnado es incapaz de digerir adecuadamente este enorme cúmulo de información que recibe diariamente a través de los medios.
La práctica docente, en este sentido, tendría que incorporar los medios a los procesos de enseñanza y aprendizaje desarrollados en los centros educativos. Esta incorporación no sólo debe consistir en usar medios audiovisuales (vídeo, retroproyector, diapositivas…) en ciertas ocasiones. Lo relevante, desde un punto de vista pedagógico, no es la mera utilización de un medio, sino las actividades que sobre dicho medio realicen los alumnos. Es decir, cuando sugerimos la integración y utilización de los medios de comunicación en los procesos de enseñanza no sólo nos referimos a que estén presentes físicamente en las aulas, sino a que en torno a los mismos se pongan en práctica procesos de aprendizaje del alumnado en relación con su formación como ciudadano.
Básicamente estos procesos de aprendizaje alrededor de los medios pueden sintetizarse en dos tipos:
a) Aprendizajes relativos a cualificar al alumnado como un receptor culto y crítico de los mensajes, informaciones y valores transmitidos a través de los medios de comunicación.
b) Aprendizajes relativos a formar al alumnado como un creador y emisor de sus propios conocimientos, ideas y valores a través de cualquier medio.
Conclusiones
Luego del análisis inconcluso (pues hay mucho que analizar) concluimos en la idea de la necesidad de incidir por la vía de la formación, en cada uno de los sectores de la comunidad educativa: profesorado, familias y alumnado. Para ello debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Los valores que debe transmitir la educación no son los que aparecen y se fomentan a través de la televisión.
- La inercia de la pedagogía tradicional no suministra métodos adecuados al nuevo entorno audiovisual.
- El consumo ilimitado de la televisión inevitablemente dejará poco tiempo para el estudio o incluso para el descanso nocturno.
Necesitamos una buena educación en comunicación y en el uso de los medios de comunicación; entendiéndose como tal el planteamiento de dos objetivos inseparables:
- Enseñar a los niños/as a comprender y expresarse en el lenguaje audiovisual.
- Formarles para que sepan dialogar críticamente con la realidad audiovisual y dosificarla racionalmente.
Es urgente un esfuerzo a fin de que la educación en comunicación audiovisual, tanto desde el aspecto puramente tecnológico como desde el de la formación en la lectura de los medios, entre en las escuelas de un modo menos voluntarista. Es necesario potenciar la introducción de un currículum oficial de educación en comunicación”.
Todos estos esfuerzos podrían de alguna manera salvar a nuestros niños y jóvenes del mal uso que se ha hecho de los medios de comunicación por parte de intereses ocultos que no educan, sino por el contrario revierten todo lo que se trabaja en los colegios y tienen a nuestra población postrada en el analfabetismo cultural.
En la actualidad existen muchos estudios, ensayos y tesis sobre el tema abordado, que consideramos deben ser revisados por los maestros ante la imperiosa necesidad de buscar estrategias innovadoras que apoyen a la revaloración de los medios de comunicación en educación; y encontremos así el binomio perfecto que ayude a formar ciudadanos críticos con bases sólidas que saquen al Perú de su postración cultural.
Felidad L. Barrientos Carpio
Leonor Herrera Pérez
Luz Lima Parsilla
Verónica Taquima Ancasi
Grupo de Estudio: Medios de Comunicación y Ciudadanía
Instituto Ética y Desarrollo - UARM
Agosto del 2006
Introducción
Los seres humanos vivimos inmersos en una sociedad donde lo prioritario e importante es estar constantemente comunicados. La comunicación se torna entonces, necesaria e importante. El ser humano ha ido evolucionando y estos cambios le han permitido explorar e inventar medios que le faciliten la comunicación con los demás. La nueva era nos permite gozar de medios sofisticados y ahora al alcance de todos que nos facilitan la comunicación y también nuevas metodologías para el aprendizaje y no sólo de nuestro medio sino también del mundo entero. ¡Qué interesante! ¡Qué fabuloso! Pero… ¿Los ciudadanos estamos preparados para darle un uso adecuado a estos avances tecnológicos? ¿Es beneficioso para la educación peruana contar con tantos medios de comunicación? ¿Se hace un uso adecuado de estos medios? Desde luego que este tema formula una serie de inquietudes, incógnitas, situaciones reales y concretas que en cuanto a educación se refieren, que iremos analizando y comentando en el presente ensayo. El trabajo grupal que presentamos pretende hacer un análisis de nuestra realidad educativa y el uso de los medios de comunicación en nuestros niños y jóvenes, sacar conclusiones que nos permitan además tomar conciencia de nuestro rol de educadores y reformular nuestras estrategias metodológicas para apoyar adecuadamente al proceso aprendizaje-enseñanza.
La ciencia y la tecnología avanzan ¿Y el hombre?
Los comunicadores sociales definen la información como todo mensaje que logra disminuir la incertidumbre. Por otra parte la comunicación se reconoce como un proceso de intercambio de información, un intercambio de ideas cuyo resultado es la concreción de ideas nuevas o el reforzamiento de las ideas preconcebidas. Debe ser por eso que en la historia del mundo, las revoluciones de la humanidad han estado signadas por los grandes avances que se han dado en la capacidad de comunicación del hombre. Actualmente, las discusiones académicas, los negocios, las relaciones internacionales, las actividades humanas más cotidianas están centradas en una revolución por demás significativa, porque tiene como base a las Tecnologías de Información y Comunicación, innovaciones que favorecen enormemente el flujo de información y que, por supuesto, mejoran las posibilidades de comunicación humana.
Lo fabuloso e impresionante es ver como ha evolucionado la ciencia y la tecnología, hoy en día la comunicación entre un lugar y otro es casi inmediato, contamos con medios que nos ofrecen la información más reciente e incluso podemos intercambiar nuestras ideas reforzando así nuestras concepciones. Los medios podríamos decir que están cumpliendo eficientemente su rol y la razón por la cual han sido creados.
En contraposición a esto, encontramos al hombre y su actitud frente a la revolución tecnológica. Teniendo en cuenta al emisor que se vale de algún medio de comunicación para dar a conocer algo o comunicarse con el receptor; y el receptor, agente pasivo que recepciona los mensajes, lo interioriza y actúa.
La actitud positiva o negativa de los agentes comunicativos: emisor, receptor básicamente, son el tema de nuestro análisis, ya que mucho depende de las buenas o malas intenciones que se tenga al hacer uso de los medios. Las cuestiones políticas, partidarias o los intereses propios desvirtúan la esencia y la razón por los cuales se han creado los medios. Pero tampoco todo es malo, en la sociedad en que vivimos encontramos personas con amplia experiencia profesional que transmiten conocimientos, informan y educan favorablemente, contribuyendo así a la formación de nuestros alumnos. Existe otro tipo de personas y/ o programas tanto radiales, televisivos, periodísticos que no educan, sino por el contrario se convierten en enemigos de la educación y desvirtúan todo el trabajo desarrollado en las aulas de clase. ¿Qué hacer? ¿Cómo el binomio medios de comunicación y educación puede seguir fortaleciéndose?
Un binomio perfecto o imperfecto
En las últimas décadas, la escuela ha sostenido una relación nada sencilla con los medios de comunicación. Entre el amor y el espanto, este vínculo se ha movido más cerca de la desconfianza, la acusación y la condena, que de la aceptación y el reconocimiento. Los medios de comunicación (radio, periódicos, revistas, televisión), sin embargo, desempeñan un papel central en la vida de los chicos y de los jóvenes.
Los medios de comunicación, y más recientemente las Nuevas Tecnologías, han modificado la manera de construir el saber, el modo de aprender, la forma de conocer.
La relación de los chicos con los medios de comunicación ha sido escasamente explorada en todo el mundo. Menor aún ha sido la preocupación por conocer el vínculo y la apropiación que hacen los chicos de sectores populares de los medios.
Los niños de sectores populares no sólo aprenden contenidos y acceden a información. A partir de un programa televisivo incorporan también prácticas sociales que asumen como comportamientos cotidianos en su vida dentro y fuera de la escuela.
La televisión, ciertamente, enseña a los niños acerca de saberes y prácticas habituales esenciales.
¿Cuál es, entonces, la relación que esperamos exista entre la escuela y los medios de comunicación? ¿Qué actitud nos interesa que promueva la escuela en relación con los medios?
Incorporar los medios en la escuela significa integrar, revalorizar y resignificar la cultura ordinaria de los alumnos, en la que la radio, el diario, la revista, el cine y la televisión ocupan un lugar fundamental.
Aportes para trabajo de aula
A continuación y de un modo sintético presentaremos algunas ideas básicas de cómo aprovechar en el contexto escolar los medios de comunicación social (televisión, prensa, radio, ordenadores…) con la finalidad de utilizarlos para el desarrollo de objetivos y contenidos de la educación intercultural.
La potencialidad pedagógica de los medios no ha sido suficientemente desarrollada en las aulas y centros educativos. Incluso pudiéramos afirmar que los medios, sobre todo los de naturaleza audiovisual como la televisión, están en la mayor parte de las aulas ausentes de la práctica docente. Curiosamente la institución escolar da la espalda a la experiencia mediática más relevante del alumnado: el consumo de televisión. A través de este medio el alumnado está saturado de grandes cantidades de imágenes, informaciones, e ideas sobre lo que ocurre en el planeta, sobre otros países, sobre otras costumbres y culturas. En la mayor parte de los casos, el alumnado es incapaz de digerir adecuadamente este enorme cúmulo de información que recibe diariamente a través de los medios.
La práctica docente, en este sentido, tendría que incorporar los medios a los procesos de enseñanza y aprendizaje desarrollados en los centros educativos. Esta incorporación no sólo debe consistir en usar medios audiovisuales (vídeo, retroproyector, diapositivas…) en ciertas ocasiones. Lo relevante, desde un punto de vista pedagógico, no es la mera utilización de un medio, sino las actividades que sobre dicho medio realicen los alumnos. Es decir, cuando sugerimos la integración y utilización de los medios de comunicación en los procesos de enseñanza no sólo nos referimos a que estén presentes físicamente en las aulas, sino a que en torno a los mismos se pongan en práctica procesos de aprendizaje del alumnado en relación con su formación como ciudadano.
Básicamente estos procesos de aprendizaje alrededor de los medios pueden sintetizarse en dos tipos:
a) Aprendizajes relativos a cualificar al alumnado como un receptor culto y crítico de los mensajes, informaciones y valores transmitidos a través de los medios de comunicación.
b) Aprendizajes relativos a formar al alumnado como un creador y emisor de sus propios conocimientos, ideas y valores a través de cualquier medio.
Conclusiones
Luego del análisis inconcluso (pues hay mucho que analizar) concluimos en la idea de la necesidad de incidir por la vía de la formación, en cada uno de los sectores de la comunidad educativa: profesorado, familias y alumnado. Para ello debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Los valores que debe transmitir la educación no son los que aparecen y se fomentan a través de la televisión.
- La inercia de la pedagogía tradicional no suministra métodos adecuados al nuevo entorno audiovisual.
- El consumo ilimitado de la televisión inevitablemente dejará poco tiempo para el estudio o incluso para el descanso nocturno.
Necesitamos una buena educación en comunicación y en el uso de los medios de comunicación; entendiéndose como tal el planteamiento de dos objetivos inseparables:
- Enseñar a los niños/as a comprender y expresarse en el lenguaje audiovisual.
- Formarles para que sepan dialogar críticamente con la realidad audiovisual y dosificarla racionalmente.
Es urgente un esfuerzo a fin de que la educación en comunicación audiovisual, tanto desde el aspecto puramente tecnológico como desde el de la formación en la lectura de los medios, entre en las escuelas de un modo menos voluntarista. Es necesario potenciar la introducción de un currículum oficial de educación en comunicación”.
Todos estos esfuerzos podrían de alguna manera salvar a nuestros niños y jóvenes del mal uso que se ha hecho de los medios de comunicación por parte de intereses ocultos que no educan, sino por el contrario revierten todo lo que se trabaja en los colegios y tienen a nuestra población postrada en el analfabetismo cultural.
En la actualidad existen muchos estudios, ensayos y tesis sobre el tema abordado, que consideramos deben ser revisados por los maestros ante la imperiosa necesidad de buscar estrategias innovadoras que apoyen a la revaloración de los medios de comunicación en educación; y encontremos así el binomio perfecto que ayude a formar ciudadanos críticos con bases sólidas que saquen al Perú de su postración cultural.
EL DESARROLLO: UNA RELACIÓN DE PODER
Jesús Luna Montesinos
Grupo de Estudio: Mercado y Desarrollo
Instituto Ética y Desarrollo - UARM
Agosto del 2006
Tratar el tema del desarrollo en los países con más pobreza es entrar a ver la relación socio-económica , cultural y política.
Siendo el asunto tremendamente amplio y de varias aristas, me referiré a un factor que a mi entender va cruzando todos los componentes del proceso de desarrollo en los países de mayor pobreza, y por que no decirlo en procesos de desarrollo en general. Este factor es la relación de poder, que se construye cuando procesos de cambios productivo, económico, sociales culturales valorativos, y políticos se dan en una población, que vienen principalmente desde afuera aunque también del adentro. Entendiendo al poder entonces como un argumento que esta en toda relación de humanos, de pares, de grupos, de comunidades, de sociedades a veces con mayor notoriedad, a veces imperceptible, pero no por ello deben dejar de tratarse. Se entiende entonces que el poder no es solo asunto de la actividad política.
Después de este preámbulo escueto pongo en debate la siguiente tesis, el proceso de desarrollo en países o regiones con mayor pobreza, venido de afuera, supone una relación de poder que no ha sido lo suficientemente tratado por los actores involucrados.
El desarrollo no ha sido considerado como problema de poder, por lo menos no se lo ha designado directamente como tal, eso ha dificultado afrontar y darle una salida, es como invisibilizar el factor político y de poder en las cuestiones del desarrollo.
El poder como factor centrado en la cultura y naturaleza del sujeto
Toda persona siempre esta tratando de hacer que sus ideas, valores sean respetadas, puestas en practicas por otros, como parte de su validez, se trata de tener cierto poder de hacer que se haga o de lograr algo, pero aquí surge una contradicción, ya que las personas también buscan lo mejor o el apego a lo mejor, y como el bien, o el entendimiento de lo mejor se construye culturalmente, se fundan en la socialización de la persona; el segundo va a frenar en cierto modo al primero.
En este asunto el aspecto cultural tiene algo de fundamental cuando una sociedad se enfrenta a procesos de cambio. Es como una clave que hay que aprender para poder hacer exitoso ese cambio.
Por eso resultaría ser inviable o defectuosa la interacción del desarrollo moderno capitalista, incluido el mercado, con sociedades o grupos de fuerte arraigo cultural. Y se demuestra una vez mas que el proceso de desarrollo moderno en el mundo, trae consigo una relación de poder, que tiene su fuente en aspectos culturales, que más o menos encuentra solución.
Le conflicto y la hegemonía evidencian la relación de poder
Diferentes autores hacen referencia al conflicto que se ha generado en los procesos de desarrollo como Javier Alcalde Cardoza en “Los valores del desarrollo y el conflicto social” nos pone en evidencia como la resistencia a los cambios sociales que trae el desarrollo pasa por reacciones en las cualidades del sujeto y por reacciones basadas en aspectos culturales, políticos como el nacionalismo, socialismo y fundamentalismo.
No podríamos dejar de lado el problema del desarrollo moderno hegemonizante, el problema que trae la intencionalidad de desarrollo desde arriba (países e intelectuales con el desarrollo capitalista) desemboca en una reacción activando componentes culturales.
Estos dos categorías y realidades como son el conflicto y la hegemonía son el resultado de haber dejado de lado la importancia del poder humano tanto en su reacción como en su imposición.
Grupo de Estudio: Mercado y Desarrollo
Instituto Ética y Desarrollo - UARM
Agosto del 2006
Tratar el tema del desarrollo en los países con más pobreza es entrar a ver la relación socio-económica , cultural y política.
Siendo el asunto tremendamente amplio y de varias aristas, me referiré a un factor que a mi entender va cruzando todos los componentes del proceso de desarrollo en los países de mayor pobreza, y por que no decirlo en procesos de desarrollo en general. Este factor es la relación de poder, que se construye cuando procesos de cambios productivo, económico, sociales culturales valorativos, y políticos se dan en una población, que vienen principalmente desde afuera aunque también del adentro. Entendiendo al poder entonces como un argumento que esta en toda relación de humanos, de pares, de grupos, de comunidades, de sociedades a veces con mayor notoriedad, a veces imperceptible, pero no por ello deben dejar de tratarse. Se entiende entonces que el poder no es solo asunto de la actividad política.
Después de este preámbulo escueto pongo en debate la siguiente tesis, el proceso de desarrollo en países o regiones con mayor pobreza, venido de afuera, supone una relación de poder que no ha sido lo suficientemente tratado por los actores involucrados.
El desarrollo no ha sido considerado como problema de poder, por lo menos no se lo ha designado directamente como tal, eso ha dificultado afrontar y darle una salida, es como invisibilizar el factor político y de poder en las cuestiones del desarrollo.
El poder como factor centrado en la cultura y naturaleza del sujeto
Toda persona siempre esta tratando de hacer que sus ideas, valores sean respetadas, puestas en practicas por otros, como parte de su validez, se trata de tener cierto poder de hacer que se haga o de lograr algo, pero aquí surge una contradicción, ya que las personas también buscan lo mejor o el apego a lo mejor, y como el bien, o el entendimiento de lo mejor se construye culturalmente, se fundan en la socialización de la persona; el segundo va a frenar en cierto modo al primero.
En este asunto el aspecto cultural tiene algo de fundamental cuando una sociedad se enfrenta a procesos de cambio. Es como una clave que hay que aprender para poder hacer exitoso ese cambio.
Por eso resultaría ser inviable o defectuosa la interacción del desarrollo moderno capitalista, incluido el mercado, con sociedades o grupos de fuerte arraigo cultural. Y se demuestra una vez mas que el proceso de desarrollo moderno en el mundo, trae consigo una relación de poder, que tiene su fuente en aspectos culturales, que más o menos encuentra solución.
Le conflicto y la hegemonía evidencian la relación de poder
Diferentes autores hacen referencia al conflicto que se ha generado en los procesos de desarrollo como Javier Alcalde Cardoza en “Los valores del desarrollo y el conflicto social” nos pone en evidencia como la resistencia a los cambios sociales que trae el desarrollo pasa por reacciones en las cualidades del sujeto y por reacciones basadas en aspectos culturales, políticos como el nacionalismo, socialismo y fundamentalismo.
No podríamos dejar de lado el problema del desarrollo moderno hegemonizante, el problema que trae la intencionalidad de desarrollo desde arriba (países e intelectuales con el desarrollo capitalista) desemboca en una reacción activando componentes culturales.
Estos dos categorías y realidades como son el conflicto y la hegemonía son el resultado de haber dejado de lado la importancia del poder humano tanto en su reacción como en su imposición.
CONSTRUYENDO EN LA INTERCULTURALIDAD
Andrés Javier Mamani
Grupo de Estudio: Interculturalidad
Instituto Ética y Desarrollo - UARM
Agosto del 2006
BREVE HISTORIA
El pueblo joven Porvenir de Miraflores se encuentran en la ciudad de Arequipa distrito de Miraflores, ha sido fundado el 01 de enero de 1962 en las cercanías del volcán Misti. Los pobladores emigrantes del departamento de Puno, en un 60% eran provenientes de la provincia de Azángaro todas eran familias de parejas jóvenes con necesidades de terreno para construir sus viviendas, se organizaron para solicitar al estado terrenos, pero se les fue negado, entonces un primero de enero de 1959 ocuparon en calidad de invasores los terrenos de lo que hoy es Peñón Alfonso Ugarte en el mismo distrito, de allí fueron desalojados por la guardia civil de aquel entonces: Dichos pobladores con la finalidad de tener apoyo del gobierno de Manual A. Odría pusieron como nombre Asociación Urbanizadora María Delgado de Odría de Miraflores, a pesar de ellos se les fue negado, así pasaron más de tres años gestionando nuevos terrenos, al final consiguieron los terrenos que hoy ocupar, cambiando el nombre de la Urbanización como El Porvenir de Miraflores y en la época del gobierno de Juan Velasco Alvarado al salir la ley de PP. JJ. tomaron de denominación de Porvenir de Miraflores. Los fundadores hicieron un plan de desarrollo integral y los planos dejando terrenos para escuela inicial, primaria, secundaria, para centros de salud, iglesia, mercado, campos deportivos, estadio, local social y una plaza para sus ceremonias y encuentros sociales. Se organizaron en Comités vecinales, manzanas, cada cual con sus dirigentes y cada institución con su consejo directivo; los primeros pobladores ocupan la mitad de los terrenos solicitados, luego pasando los años fueron ocupando los terrenos que estabas previstos en los planos originales, es así que hasta el año de 1975, ocuparon los 13 comités vecinales, con 54 manzanas, 850 lotes.
En este proceso de desarrollo e integración de los nuevos socios fueron llegando emigrantes de diversos lugares del Perú especialmente del sur del Perú, cosa que así tenemos un pueblos donde hay que convivir con gente de todas las culturas, por su puesto mayoritariamente eran pobladores de Puno, cuyos pobladores llegaron con todas sus manifestaciones culturales, como eran os carnavales, fiestas dela Cruz, rutuchi (corte de cabello), fiestas patronales, matrimonios al estilo puneño, comidas típicas en fin todas las manifestaciones culturales que en los primeros años los pobladores hacían todas esas actividades y todos los vecinos empezaron a convivir en la interculturalidad, aceptándose unos a otros tales como son.
PRIMERAS PIEDRAS DEL DESARROLLO INTEGRAL
Los primeros años fueron difíciles para los nuevos vecinos porque no todos tenían el mismo pensamiento, las mismas ideas sobre el desarrollo porque venían de variadas experiencias de vida y variadas culturas, lo único que les unía era la necesidad de vivienda, cada cual quería solucionar este problema, por lo tanto todos estaban en las asambleas, faenas, marchas de protesta y planteando propuestas para solucionar sus necesidades básicas. Dentro de esa convivencia diaria de verse todos los días, de comer polvo, de sufrir la falta de agua, desagüe, electricidad, el caminar cerca de un kilómetro cada día para tomar carro, la falta de techo el frío intenso del invierno, las IRAS y EDAS que aquejaba a los niños de acuerdo a las temporadas. Esta convivencia diaria entre los vecinos ha hecho que entre los vecinos se formen familias más grandes, entre ellos se nombraban compadrazgos, ahí ya estaban los ahijados y los padrinos , población fue creciendo poco a poco ya los hijos iban creciendo, comenzando la formación de nuevas familias, porque los hijos se fueron casando con los vecinos y vecinas, es así que hoy siguen los 850 lotes, pero la población alcanza a 5000 socios. Las primeras obras que se hicieron fueron los pozos comunales para dar agua a los vecinos, luego de unos años serían los pozos particulares en cada vivienda, pasados 10 años se colocó una pileta para una parte de la población, este era oro lugar de encuentro de los niños y jóvenes que a diario acarreaban el agua, muchas veces era un lugar de peleas porque unos a otros se miraban por llevar más agua y el pago era igual para todos, pero era parte de la convivencia; años más tarde luego de trámites engorrosos se consigue la luz para una parte de la población, y así en 15 años tenían luz todos los vecinos. Otra lucha dura fue el transporte urbano para movilizarse, esta ha quitado días de reuniones, marchas, reclamos a las autoridades y así se fue consiguiendo todo lo que se tiene hasta hoy.
CONSTRUYENDO LA INTERCULTURALIDAD
Luego de 46 años, en “El Porvenir de Miraflores” se ha formado una nueva cultura, totalmente diferente a las de más, hay una identidad propia, los vecinos dicen somos de el Porvenir y cuales son esas manifestaciones construidas en casi medio siglo de vida?
LOS TECHAMIENTOS: Forman parte de la vida cotidiana de los pobladores, cada domingo donde había un techo, estaban los vecinos ya se como lamperos, batidores, tarreros, maestros de obra, otros haciendo de padrinos de techo, al finalizar la obra viene una buena comida, luego las cajas de cerveza del padrino y dueño de la casa, viene la música y baile popular.
LOS RUTUCHI (corte de cabello) Esta se hace cuando el niño o niña tiene años y medio, dos o hasta tres años cuyo cabello no fue cortado, porque según la creencia andina ahí está su capital, su plata para que el infante pueda educarse o comprar los que el niño necesita. Esta se prepara con anticipación, se buscan los padrinos. Además se hace junto con el bautizo católico, donde se reúne toda la familia y vecinos, se procede con una sencilla ceremonia y hacer el corte hasta en tres ruedas, cada vez que uno corta una porción de cabello va colocando una cantidad de dinero de acuerdo a sus posibilidades en una bandeja debidamente adornada, al finalizar se hace un conteo de lo recaudado, se levanta un acta y se entrega a los padrinos para que sea depositado en el banco para las necesidades del niño o niña.
CORTAMONTE: Esta se hace en tiempos de carnavales, esta es una innovación de los pobladores, ya que estas son costumbres de los departamentos del centro del Perú como Ayacucho, Apurimac, Junín y otros, más no del sur, pero se apropiaron de esta costumbre, por eso hoy hacen con pandillas y tarcas puneñas, o acompañados de los patroncitos de Moquegua. Es una fiesta done todos bailan alrededor de un árbol previamente plantado; hacha en mano y dando golpes van bailando por turnos hasta hacerlo caer y el que hacer caer se queda como responsable de la fiesta al quien se le llama alferado o cargoyuq.
FIESTA DE LA CRUZ: Esta es la celebración a la cruz del sur de la constelación, a la llegada de los españoles se cambia a la cruz de Jesucristo. Pero con el paso de los años se ha suscitado el sincretismo, la mezcla de culturas, por eso hoy los pobladores hacen sus oraciones a los dioses andinos, a la pachamama, a los cerros tutelares, a las almas y al Dios Jesucristo. En el Porvenir esta fiesta se realiza el último domingo de mayo de todos los años con tres alferados y asisten los pobladores de 8 pueblos de la zona cada uno con sus cruces y alferados.
FIESTAS PATRONALES: Se ha institucionalizado, la fiesta de la Virgen de Chapi, Virgen de la Candelaria, Virgen de Copacaban, Señor de los Milagros, por ser santos y vírgenes muy populares, forma parte de manifestaciones de fe de la población.
TODOS SANTOS: Aquí también se ha suscitado el sincretismo, se recuerda a las almas cada 1 y 2 de noviembre de todos los años, donde los habitantes que tienen seres queridos fallecidos esperan al alma con un altar ricamente armado, con figuras de santos, alimentos, bebidas; se reúne toda la familia para hacer oraciones que dura toda una noche y al día siguiente hacen la visita al cementerio, todo lo hacen con mucha fe y llena de creencias populares.
MATRIMONIOS: Los matrimonios son otra de las manifestaciones culturales que se realiza al estilo de Puno, Caylloma, Cusco o el lugar de procedencia de los novios, pero también va mezclado con costumbres de las grandes ciudades del mundo globalizado.
Hoy en el P. J. El Porvenir de Miraflores, se ha construido la inteculturalidad donde hay respeto, solidaridad, tolerancia y interés en la construcción de un pueblo que va hacia la modernidad, con un trabajo con una identidad nueva, al cual hemos llamado Cultura Urbano Andino donde confluyen todas las manifestaciones culturales que todos los han hecho suyos.
CULTURA URBANO ANDINO, UNA NUEVA IDENTIDAD
Con los ingredientes manifestados en los párrafos anteriores, El Porvenir de Miraflores tiene una nueva identidad, porque se la mayoría de vecinos forman parte de esta simbiosis, sincretismo cultural que se ha formado en este medio siglo de vida que al final no es solamente cultura, sino está un pueblo con tres lozas deportivas, un estadio de fútbol, un colegio donde funciona la primaria secundaria y educación nocturna, un moderno centro de salud, una posta de salud parroquial, Comisaría, Dos CEOs parroquiales donde se dictan diversas carreras de medio mando, mercado de abastos, Iglesias; católica, Mormones, Maranhata, Adventista, biblioteca parroquial, Centro parroquial, Centro Educativo Inicial, Centro de Educación Especial, calles y avenidas asfaltadas, Plaza principal moderna finalmente cuenta con todos los servicios básico como un transporte fluido. Todos esto se ha conseguido gracias a la permanente organización del pueblo encabezado por un Consejo Directivo, quien convoca a asambleas generales de socios, asambleas de promoción y desarrollo con los dirigentes de los comités vecinas y asambleas ampliadas con los dirigentes de todas las organizaciones del pueblo. Además a esto se suna una permanente actividad deportiva donde participan clubes de los 13 comités vecinales y ligas deportivas del barrio, tanto en fútbol y voleibol, finamente hay actividades culturales en forma permanente organizado por sus instituciones.
Esta es una muestra de un pueblo que convive en la interculturalidad, construyendo su desarrollo integral, cuyos hijos viven orgullosos, porque sus padres pusieron las primeras piedras, hoy los hijos asumen cargos directivos en todas sus instituciones que siguen aportando en su desarrollo y modernización. Porque hace un buen tiempo han dicho que los pobres también tenemos derechos de vivir en un pueblo moderno con todo los que tienen otros pueblos; esa es la fuerza que los anima a seguir adelante y de seguro conseguirán en el transcurso de los años. Porque “Tenemos un gran Porvenir”
Grupo de Estudio: Interculturalidad
Instituto Ética y Desarrollo - UARM
Agosto del 2006
BREVE HISTORIA
El pueblo joven Porvenir de Miraflores se encuentran en la ciudad de Arequipa distrito de Miraflores, ha sido fundado el 01 de enero de 1962 en las cercanías del volcán Misti. Los pobladores emigrantes del departamento de Puno, en un 60% eran provenientes de la provincia de Azángaro todas eran familias de parejas jóvenes con necesidades de terreno para construir sus viviendas, se organizaron para solicitar al estado terrenos, pero se les fue negado, entonces un primero de enero de 1959 ocuparon en calidad de invasores los terrenos de lo que hoy es Peñón Alfonso Ugarte en el mismo distrito, de allí fueron desalojados por la guardia civil de aquel entonces: Dichos pobladores con la finalidad de tener apoyo del gobierno de Manual A. Odría pusieron como nombre Asociación Urbanizadora María Delgado de Odría de Miraflores, a pesar de ellos se les fue negado, así pasaron más de tres años gestionando nuevos terrenos, al final consiguieron los terrenos que hoy ocupar, cambiando el nombre de la Urbanización como El Porvenir de Miraflores y en la época del gobierno de Juan Velasco Alvarado al salir la ley de PP. JJ. tomaron de denominación de Porvenir de Miraflores. Los fundadores hicieron un plan de desarrollo integral y los planos dejando terrenos para escuela inicial, primaria, secundaria, para centros de salud, iglesia, mercado, campos deportivos, estadio, local social y una plaza para sus ceremonias y encuentros sociales. Se organizaron en Comités vecinales, manzanas, cada cual con sus dirigentes y cada institución con su consejo directivo; los primeros pobladores ocupan la mitad de los terrenos solicitados, luego pasando los años fueron ocupando los terrenos que estabas previstos en los planos originales, es así que hasta el año de 1975, ocuparon los 13 comités vecinales, con 54 manzanas, 850 lotes.
En este proceso de desarrollo e integración de los nuevos socios fueron llegando emigrantes de diversos lugares del Perú especialmente del sur del Perú, cosa que así tenemos un pueblos donde hay que convivir con gente de todas las culturas, por su puesto mayoritariamente eran pobladores de Puno, cuyos pobladores llegaron con todas sus manifestaciones culturales, como eran os carnavales, fiestas dela Cruz, rutuchi (corte de cabello), fiestas patronales, matrimonios al estilo puneño, comidas típicas en fin todas las manifestaciones culturales que en los primeros años los pobladores hacían todas esas actividades y todos los vecinos empezaron a convivir en la interculturalidad, aceptándose unos a otros tales como son.
PRIMERAS PIEDRAS DEL DESARROLLO INTEGRAL
Los primeros años fueron difíciles para los nuevos vecinos porque no todos tenían el mismo pensamiento, las mismas ideas sobre el desarrollo porque venían de variadas experiencias de vida y variadas culturas, lo único que les unía era la necesidad de vivienda, cada cual quería solucionar este problema, por lo tanto todos estaban en las asambleas, faenas, marchas de protesta y planteando propuestas para solucionar sus necesidades básicas. Dentro de esa convivencia diaria de verse todos los días, de comer polvo, de sufrir la falta de agua, desagüe, electricidad, el caminar cerca de un kilómetro cada día para tomar carro, la falta de techo el frío intenso del invierno, las IRAS y EDAS que aquejaba a los niños de acuerdo a las temporadas. Esta convivencia diaria entre los vecinos ha hecho que entre los vecinos se formen familias más grandes, entre ellos se nombraban compadrazgos, ahí ya estaban los ahijados y los padrinos , población fue creciendo poco a poco ya los hijos iban creciendo, comenzando la formación de nuevas familias, porque los hijos se fueron casando con los vecinos y vecinas, es así que hoy siguen los 850 lotes, pero la población alcanza a 5000 socios. Las primeras obras que se hicieron fueron los pozos comunales para dar agua a los vecinos, luego de unos años serían los pozos particulares en cada vivienda, pasados 10 años se colocó una pileta para una parte de la población, este era oro lugar de encuentro de los niños y jóvenes que a diario acarreaban el agua, muchas veces era un lugar de peleas porque unos a otros se miraban por llevar más agua y el pago era igual para todos, pero era parte de la convivencia; años más tarde luego de trámites engorrosos se consigue la luz para una parte de la población, y así en 15 años tenían luz todos los vecinos. Otra lucha dura fue el transporte urbano para movilizarse, esta ha quitado días de reuniones, marchas, reclamos a las autoridades y así se fue consiguiendo todo lo que se tiene hasta hoy.
CONSTRUYENDO LA INTERCULTURALIDAD
Luego de 46 años, en “El Porvenir de Miraflores” se ha formado una nueva cultura, totalmente diferente a las de más, hay una identidad propia, los vecinos dicen somos de el Porvenir y cuales son esas manifestaciones construidas en casi medio siglo de vida?
LOS TECHAMIENTOS: Forman parte de la vida cotidiana de los pobladores, cada domingo donde había un techo, estaban los vecinos ya se como lamperos, batidores, tarreros, maestros de obra, otros haciendo de padrinos de techo, al finalizar la obra viene una buena comida, luego las cajas de cerveza del padrino y dueño de la casa, viene la música y baile popular.
LOS RUTUCHI (corte de cabello) Esta se hace cuando el niño o niña tiene años y medio, dos o hasta tres años cuyo cabello no fue cortado, porque según la creencia andina ahí está su capital, su plata para que el infante pueda educarse o comprar los que el niño necesita. Esta se prepara con anticipación, se buscan los padrinos. Además se hace junto con el bautizo católico, donde se reúne toda la familia y vecinos, se procede con una sencilla ceremonia y hacer el corte hasta en tres ruedas, cada vez que uno corta una porción de cabello va colocando una cantidad de dinero de acuerdo a sus posibilidades en una bandeja debidamente adornada, al finalizar se hace un conteo de lo recaudado, se levanta un acta y se entrega a los padrinos para que sea depositado en el banco para las necesidades del niño o niña.
CORTAMONTE: Esta se hace en tiempos de carnavales, esta es una innovación de los pobladores, ya que estas son costumbres de los departamentos del centro del Perú como Ayacucho, Apurimac, Junín y otros, más no del sur, pero se apropiaron de esta costumbre, por eso hoy hacen con pandillas y tarcas puneñas, o acompañados de los patroncitos de Moquegua. Es una fiesta done todos bailan alrededor de un árbol previamente plantado; hacha en mano y dando golpes van bailando por turnos hasta hacerlo caer y el que hacer caer se queda como responsable de la fiesta al quien se le llama alferado o cargoyuq.
FIESTA DE LA CRUZ: Esta es la celebración a la cruz del sur de la constelación, a la llegada de los españoles se cambia a la cruz de Jesucristo. Pero con el paso de los años se ha suscitado el sincretismo, la mezcla de culturas, por eso hoy los pobladores hacen sus oraciones a los dioses andinos, a la pachamama, a los cerros tutelares, a las almas y al Dios Jesucristo. En el Porvenir esta fiesta se realiza el último domingo de mayo de todos los años con tres alferados y asisten los pobladores de 8 pueblos de la zona cada uno con sus cruces y alferados.
FIESTAS PATRONALES: Se ha institucionalizado, la fiesta de la Virgen de Chapi, Virgen de la Candelaria, Virgen de Copacaban, Señor de los Milagros, por ser santos y vírgenes muy populares, forma parte de manifestaciones de fe de la población.
TODOS SANTOS: Aquí también se ha suscitado el sincretismo, se recuerda a las almas cada 1 y 2 de noviembre de todos los años, donde los habitantes que tienen seres queridos fallecidos esperan al alma con un altar ricamente armado, con figuras de santos, alimentos, bebidas; se reúne toda la familia para hacer oraciones que dura toda una noche y al día siguiente hacen la visita al cementerio, todo lo hacen con mucha fe y llena de creencias populares.
MATRIMONIOS: Los matrimonios son otra de las manifestaciones culturales que se realiza al estilo de Puno, Caylloma, Cusco o el lugar de procedencia de los novios, pero también va mezclado con costumbres de las grandes ciudades del mundo globalizado.
Hoy en el P. J. El Porvenir de Miraflores, se ha construido la inteculturalidad donde hay respeto, solidaridad, tolerancia y interés en la construcción de un pueblo que va hacia la modernidad, con un trabajo con una identidad nueva, al cual hemos llamado Cultura Urbano Andino donde confluyen todas las manifestaciones culturales que todos los han hecho suyos.
CULTURA URBANO ANDINO, UNA NUEVA IDENTIDAD
Con los ingredientes manifestados en los párrafos anteriores, El Porvenir de Miraflores tiene una nueva identidad, porque se la mayoría de vecinos forman parte de esta simbiosis, sincretismo cultural que se ha formado en este medio siglo de vida que al final no es solamente cultura, sino está un pueblo con tres lozas deportivas, un estadio de fútbol, un colegio donde funciona la primaria secundaria y educación nocturna, un moderno centro de salud, una posta de salud parroquial, Comisaría, Dos CEOs parroquiales donde se dictan diversas carreras de medio mando, mercado de abastos, Iglesias; católica, Mormones, Maranhata, Adventista, biblioteca parroquial, Centro parroquial, Centro Educativo Inicial, Centro de Educación Especial, calles y avenidas asfaltadas, Plaza principal moderna finalmente cuenta con todos los servicios básico como un transporte fluido. Todos esto se ha conseguido gracias a la permanente organización del pueblo encabezado por un Consejo Directivo, quien convoca a asambleas generales de socios, asambleas de promoción y desarrollo con los dirigentes de los comités vecinas y asambleas ampliadas con los dirigentes de todas las organizaciones del pueblo. Además a esto se suna una permanente actividad deportiva donde participan clubes de los 13 comités vecinales y ligas deportivas del barrio, tanto en fútbol y voleibol, finamente hay actividades culturales en forma permanente organizado por sus instituciones.
Esta es una muestra de un pueblo que convive en la interculturalidad, construyendo su desarrollo integral, cuyos hijos viven orgullosos, porque sus padres pusieron las primeras piedras, hoy los hijos asumen cargos directivos en todas sus instituciones que siguen aportando en su desarrollo y modernización. Porque hace un buen tiempo han dicho que los pobres también tenemos derechos de vivir en un pueblo moderno con todo los que tienen otros pueblos; esa es la fuerza que los anima a seguir adelante y de seguro conseguirán en el transcurso de los años. Porque “Tenemos un gran Porvenir”
Suscribirse a:
Entradas (Atom)